Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El monumento candasín a los oficios más tradicionales de Asturias, los de la mina y la mar, amenaza ruina. Cada año, por las fiestas de San Félix, la capital de Carreño solía celebrar una ceremonia de homenaje a los marineros y a los mineros fallecidos en el desempeño de su trabajo junto al monumento levantado en su honor. Ahora, sin embargo, es el propio elemento conmemorativo el que está cerca de sucumbir al deterioro. El armazón de madera que representa el entibado de una bocamina parece condenado a derrumbarse por una falta de mantenimiento de la que el Ayuntamiento ya ha sido advertido. Además, el acto anual de homenaje a los mineros y a los marineros no se celebró el pasado verano.

«Desde el pasado mes de enero hemos recibido numerosas quejas de vecinos advirtiendo del peligroso estado de ruina de la estructura de madera del monumento y así se lo trasladamos al Ayuntamiento formalmente a través del registro municipal», explicaba ayer Luis Fernández, presidente de la asociación de vecinos de Candás. «Solicitamos que lo restauraran, pero no se ha hecho nada y en las últimas fechas la situación ha empeorado y el mal estado de la madera se ha hecho más visible», añade Fernández.

Aparte de la carga emotiva y sentimental que posee el monumento, la repercusión de su deterioro y de su eventual derrumbe podría extenderse a los daños materiales y humanos. «Es una zona que frecuentan los niños, al estar muy cerca del parque del Museo Antón», destaca el vecino, en referencia a un posible accidente.

El monumento lo compone un armazón de madera que representa la entrada de una mina y que aloja bajo su estructura un ancla de gran tamaño en representación de la mar. Cada año, por San Félix, los alcaldes de los ayuntamientos de Carreño y Langreo, como ejemplos de dos lugares donde estas profesiones tradicionales fueron muy importantes, acudían a realizar una ofrenda floral al monumento, invitando, además, a participar en el acto a otros dos municipios asturianos, uno costero y otro minero. Entonces se colocaba una placa con el nombre de esos dos nuevos concejos que representan la esencia laboral de la región.

El acto ya no se celebró el pasado verano por falta de interés, según llegaron a confirmar fuentes municipales, y el gobierno local no tiene intención de mover ficha para restaurar un elemento cuyo tratamiento podría llegar a costar en torno a 5.000 euros. Después de doce años de existencia, el monumento de homenaje a los trabajos más emblemáticos de Asturias se desmorona.