Dice el Pepetio, que es más candasu que «El barcón», que los marineros son los que van a la mar y marinos los que embarcan en mercantes. Ésta siempre fue una diferencia entre Candás y Luanco, entre marineros y marinos. Pero en Candás son como en Bilbao, son marineros, marinos y, encima, nacen donde quieren, hasta en Cimavilla. Y aunque no fuese de Candás ni del barrio alto, uno de los grandes marinos del muelle candasín era Santi Cañedo, que esta semana inició su última singladura. En 1982 los candasinos no se creían que aquellos barbudos que se subían a una goleta, la «Idus de Marzo», iban en serio. Pero sí, Santi, Alberto Vizcaíno, Catoño y los demás salieron de Candás rumbo nada menos que a la Antártida y, como salieron de Candás con el aplauso de los marineros, pues llegaron a la Antártida y gracias a ellos España entró a formar parte del tratado antártico. Han pasado 28 años, pero gracias a aquellos chavales que igual no estaban demasiado bien de la cabeza, Candás entró una vez más en la historia de la marina y la marinería. Que los hados te sean propicios, Santi.