Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Ayuntamiento de Carreño acordó ayer la postura que trasladará al Principado al respecto de los topónimos de Guimarán y Piedeloro, y que es la de que éstos vuelvan a ser oficiales. Del mismo modo, los aprobados en 2005 de Quimarán y El Pieloro, deberán desaparecer de la toponimia, según la votación del Pleno, en el que se escenificó el primer gran desacuerdo entre los dos partidos del gobierno, PSOE e IU. Mientras que los primeros suscribieron la moción del PP para devolver la oficialidad a los nombres tradicionales de dos parroquias de Carreño, los de la coalición votaron en contra. Finalmente, el acuerdo salió adelante gracias al entendimiento entre las dos fuerzas políticas más votadas de Carreño.

Así las cosas, el Ayuntamiento trasladará ahora a la Consejería de Cultura su postura. Ésta, a su vez, y según aclaró esta misma semana la directora de Política Lingüística, Consuelo Vega, debatirá la propuesta en la junta asesora de toponimia, si bien todo parece indicar que se guiarán por lo suscrito por el concejo en el Pleno. Todo surge de dos encuestas vecinales realizadas por los vecinos de Guimarán y Piedeloro, que reforzaron la tesis de que los topónimos oficiales no son reconocidos por la ciudadanía.

La moción para la aprobación de los topónimos partió del Partido Popular, para cuyo portavoz, Celestino Gutiérrez, «transcurridos varios años desde la aprobación de los topónimos, y teniendo en cuenta la disconformidad de la gran mayoría de vecinos de estas parroquias del concejo, que no comprende por qué no son oficiales las formas toponímicas que emplea la inmensa mayoría, se debe adecuar la toponimia a esos usos». Gutiérrez defendió la validez de las encuestas realizadas puerta a puerta por las asociaciones vecinales, frente al estudio realizado en 2005 por la Xunta de Toponimia, motivo de la polémica. Su postura fue compartida por el Partido Socialista.

«No podemos enfrentar los estudios con la opinión de los vecinos», dijo la portavoz del PSOE, Áurea Gutiérrez. «De hecho, esos estudios no fueron tan rigurosos en el caso de Piedeloro y Guimarán como en otras parroquias», añadió, para contestar a los partidos que criticaron la actitud de los vecinos diciendo: «No creo que estén renegando de su historia por pedir este cambio en el nombre, máxime teniendo en cuenta que se ha hecho a través de una encuesta democrática». También la URAS compartió las tesis de PP y PSOE.

En contra se posicionaron UICA, UNA e IU. «Nuevamente no se está acertando en este asunto por parte de las asociaciones vecinales», dijo Paulino García, portavoz de IU y concejal de Cultura. En su opinión, se está repitiendo el mismo error de 2005, al no validar la comunión de los dos topónimos. «Respetamos la recogida de firmas, pero también el trabajo efectuado por personas acreditadas hace cinco años, que sirvieron para aprobar unos topónimos aprobados por todos y que no recibieron alegaciones por parte de los vecinos», continuó García. Su propuesta ayer fue la de aprobar la cooficialidad de los topónimos, aunque no fue secundada por la mayoría.

Ramón Artime, portavoz de la UICA, también incidió en las dudas que ha generado el método de consulta empleado por los vecinos. Artime considera que «no está homologado», y que con él «se ha hecho una burda manipulación de la opinión de los vecinos».

Por otro lado, el portavoz de la Unión Nacionalista Asturiana, Xuan Rodríguez, dijo que los nombres de Quimarán y El Pieloro son «parte del patrimonio cultural de las parroquias». Cree que la aprobación de dos nuevos topónimos es un «descuido de la cultura asturiana».