Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La fábrica de conservas de Ortiz en Candás, que está siendo reformada para crear un museo de la pesca y la conserva, no acogerá en ningún caso un auditorio en los casi mil metros cuadrados de los que dispondrá. El edil de Cultura de Carreño, Paulino García, tercia así en la polémica surgida en las últimas semanas después de que se apuntara desde el gobierno local al que pertenece la posibilidad de que el edificio se destinase a otros usos aparte del expositivo. Desde diversos partidos de la oposición se había especulado con la instalación del auditorio, al tratarse de una de las opciones barajadas al inicio del proceso de expropiación del inmueble candasín.

García descarta el auditorio pero asegura que se buscarán alternativas. «Si encontramos opciones complementarias al museo, con otras actividades relacionadas con la pesca y la conserva, no renunciaremos a ello», asevera el edil, que en cualquier caso insiste en que el proyecto museístico nunca ha sido puesto en duda: «Lo que más claro está es que el museo se llevará a cabo». En la actualidad, la empresa Contratas Iglesias lleva a cabo la reconstrucción del inmueble fabril para crear la estructura que sirva posteriormente para generar el proyecto de sala expositiva. Las obras comenzaron el pasado mes de octubre y se prolongarán hasta el verano del año 2011.

Para su futuro uso, el museo de la pesca y la conserva contará con casi 1.000 metros cuadrados de superficie hábil, lo que lleva a pensar a los dirigentes municipales que podría sobrar espacio una vez generada la zona de exposición permanente. Es una de las razones por la que ya comienzan a realizarse gestiones para dotar de un mayor contenido un edificio, cuya reforma costará más de un millón de euros. En su interior albergará todo tipo de documentación y recursos materiales propiedad del Ayuntamiento, algunos de los cuales ya se exponen en el Aljibe del parque de Les Conserveres y otros están guardados en diferentes almacenes municipales.

Lo que motiva al gobierno a cambiar el rumbo de lo hecho hasta ahora en Ortiz es de índole económica, ya que se considera que el gasto de personal y equipamiento que conllevaría el museo de la conserva sería difícilmente asumible por las arcas municipales. Por ese motivo, se están buscando fórmulas de cofinanciación que den salida a nuevos proyectos, aún manteniendo el del museo, eso sí, con dimensiones más modestas.