El monumento de la mina y la mar de Candás, que rinde homenaje a los trabajadores de las dos profesiones de más raigambre de Asturias, cuenta desde esta semana con una nueva estructura de madera que permitirá que se siga celebrando el encuentro entre los concejos mineros y marineros en los próximos años. El año pasado no tuvo lugar, como es costumbre, durante las fiestas de San Félix en verano, por el estado ruinoso que presentaba la entrada de madera y el consiguiente riesgo de que se desplomase. Pero ahora, gracias al interés de los que fundaron el emblema en 1998, los encuentros volverán.

Buena parte de la culpa de la existencia de este monumento la tiene Armando Velasco, que en 1997 era jefe de personal del Pozo María Luisa. Velasco hizo un ofrecimiento al cantautor candasín Pipo Prendes para conocer la mina, y en ese momento se «coció» el lazo de amistad entre marineros y mineros. Él propuso entonces la instauración de «unos encuentros entre los concejos de Langreo y Carreño».

«El primer monumento que se erigió en Candás fue levantado por una pareja de entibadores del pozo María Luisa para los actos de 1998, con unas piezas de madera donadas por Hunosa», explica Velasco. El ancla que alberga el monumento en su interior fue donada también entonces por el Ayuntamiento de Carreño, pero «resultó ser desproporcionadamente grande para ser albergado dentro de los cuadros mineros». Por ese motivo, durante aquel primer año el ancla permaneció tumbada bajo la madera.

El promotor de la idea recuerda cómo en 1999 «llegó Ángel Riego a la Alcaldía de Carreño y sugirió que el monumento necesitaba una reforma para resolver el problema de estética que presentaba ver el ancla tumbada dentro de los cuadros». Una vez más fue Armando Velasco quien acudió a la empresa Hunosa «para ver la posibilidad de construir unos cuadros de madera de gran tamaño para albergar de pie, en su interior, el ancla». En aquella ocasión la empresa minera encargó la ejecución de la obra a la Brigada de Salvamento Minero.

Durante el mes de enero y buena parte del 2010 Armando Velasco mantuvo una serie de contactos con el Ayuntamiento de Carreño y directivos de la empresa Hunosa, con el fin de reparar el monumento. Esta vez la ejecución de la obra ha sido llevada a cabo por componentes de la Asociación de Entibadores del Valle del Nalón, «que demostraron especial interés, ya que alguno de ellos había participado en la primera reforma del año 1999», explica Velasco.

Este minero del Pozo de María Luisa espera que «con esta renovación se sigan celebrando los encuentros para rendir el merecido homenaje a estos trabajos».