Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El traslado de la capilla candasina de San Antonio de Padua, que corre peligro de ser arrastrada por uno de los constantes argayos que han acercado el acantilado a medio metro del templo, se extenderá más allá de los tres meses una vez que se consigan los permisos necesarios para la operación. Ése es el cálculo de expertos conocedores de la iglesia y de las características del terreno que lo rodea, que aseguran que el Ayuntamiento ha de aprovechar la mejora del tiempo en primavera para acelerar los trabajos.

Los expertos, que prefieren mantener el anonimato, sostienen que el traslado de la ermita de San Antonio necesita de una compleja labor de documentación, a la que seguirá un proceso en el que cada piedra de la estructura debe ser marcada para después ser recolocada de la forma original. «El traslado puede llevar un mínimo de tres meses, teniendo en cuenta que se trata de una capilla de tamaño menor», explican las fuentes consultadas.

Al menos, el Ayuntamiento dispone de un buen instrumento para acometer la difícil tarea, pues tiene en su poder el proyecto que sirvió de base para la restauración del templo en el año 1996. Fue la única reforma que ha experimentado la capilla desde su construcción en la época renacentista, hace casi cuatrocientos años.

Ese estudio realizado entonces, tras la compra de la ermita por parte del Ayuntamiento a la familia Estrada, ya desvelaba, por otra parte, que la zona donde se encontraba el templo era «delicada». Dice el informe que el acantilado se encontraba en 1996 a dos metros y medio de la iglesia. El pasado 18 de enero, cuando los vecinos denunciaron los primeros desprendimientos, la separación con el risco era de algo más de un metro y medio. Ayer la distancia era únicamente de medio metro.

El equipo de gobierno, por su parte, se encuentra a la espera de recibir el visto bueno por parte de la Consejería de Cultura para llevar a cabo la obra. Los técnicos son de la opinión de que los trabajos deben comenzar de forma inmediata.

La delicada situación de la capilla de San Antonio, todo un emblema de Candás, ha generado expectación en la villa. Varios fueron los curiosos que ayer, aprovechando el buen tiempo de la mañana, se acercaron al acantilado para inmortalizar el espectacular corte de la naturaleza en el monte e incluso para hacerse una fotografía al lado del templo, como se aprecia en la imagen, informa Braulio FERNÁNDEZ.