El Ayuntamiento de Carreño reclamará a la Demarcación de Costas el coste de la operación de traslado de la capilla de San Antonio, que se encuentra en peligro de derrumbe por los constantes argayos en el acantilado del mismo nombre. El ejecutivo local, muy molesto por la inhibición del organismo dependiente del Estado a pesar de que la zona afectada se encuentra en el dominio marítimo-terrestre, ha ordenado la elaboración de un informe para justificar la reclamación.

Finalmente será el Ayuntamiento de Carreño el que tenga que llevar a cabo en solitario todas las tareas previas al desmontaje de la capilla de San Antonio, que incluirá la realización de catas, estratigrafías y análisis, por orden de la Consejería de Cultura. Estas tareas previas incluyen además la valoración de las condiciones de seguridad necesarias para el desmontaje y traslado de la ermita renacentista, ya que según Cultura «cualquier tipo de actuación supondría una sobrecarga de peso en el talud, que requerirá medidas previas de reequilibrio y creación de vías de seguridad».

Los trabajos de desmontaje comenzarán en breve, ya que el plazo para la presentación de ofertas por parte de las empresas interesadas en realizarlo ya ha concluido. Hasta ayer, y a la espera de las que puedan llegar por correo en los próximos días, tres han sido las firmas que han presentado una oferta económica para realizar la obra. Las cifras no serán reveladas hasta que concluya el plazo del correo.

Independientemente, y mientras se lleva a cabo la selección de la empresa que realice el desmontaje, el Ayuntamiento seguirá las pautas de actuación fijadas por Cultura, que comienzan por la realización de planimetrías y fotogrametrías de la iglesia, a la que seguirá la realización de catas, estratigrafías y análisis de materiales. Posteriormente, se llevará a cabo el estudio de seguridad y evacuación, a lo que seguirá el desmontaje de la capilla por elementos y su acopio en un lugar cerrado y custodiado, hasta que se decida llevar a cabo su reconstrucción en un nuevo emplazamiento.

La capilla se encuentra en peligro por los desprendimientos producidos desde el mes de enero, que han acercado peligrosamente el templo al borde del acantilado. En la actualidad apenas medio metro separa la ermita del vacío.