Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La Iglesia ha procedido a retirar todos los símbolos religiosos de la capilla renacentista de San Antonio, en Candás, como medida de precaución ante el delicado estado en que se encuentra el edificio, amenazado por los continuos argayos en el acantilado costero sobre el cual se levanta. Entre los elementos que han sido retirados del templo figura la imagen del santo, San Antonio de Padua, el elemento más valioso de cuantos se alojan en su interior. También se han puesto a salvo las copias de dos documentos históricos del siglo XVII con la relación de bienes de la propiedad en la época, los más antiguos de que se dispone en relación con San Antonio.

En el exterior de la ermita también ha habido modificaciones, ya que se han retirado tanto el campanario como el crucifijo que había a la entrada del edificio.

Todos esos elementos han quedado bajo custodia de la Iglesia, según confirmó ayer el alcalde de Carreño, Ángel Riego, quien la semana pasada se reunió con el párroco de Candás para tratar el asunto.

Además, el Ayuntamiento ya ha colocado unas señales que prohiben el paso más allá de la zona vallada en el entorno de la ermita. Según declaró el propio Riego, se ha constatado que numerosas personas traspasaron el vallado, es decir la «zona de seguridad» delimitada en el cabo. Ante esta situación, se ha optado por la colocación de señales advirtiendo de la prohibición de pasar a la parte trasera del templo.

Y es que la situación en el entorno de la capilla de San Antonio sigue siendo delicada, si bien en las últimas semanas se ha detenido el derrumbe del acantilado hacia la esquina norte de la ermita, de manera que se mantiene la distancia de 60 centímetros registrada hace dos semanas entre el templo y el borde del precipicio.

Tanto el edificio religioso como su entorno siguen siendo objeto, por otra parte, de las labores de mantenimiento habituales, como las correspondientes a los arreglos en la jardinería exterior y la limpieza del templo.