Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El próximo planeamiento de Candás no enterrará las vías del tren, pero a cambio desenterrará el olvidado río Noval. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Carreño, actualmente en trámite, ha sufrido importantes modificaciones tras pasar por el filtro de las alegaciones de los vecinos, y una de las más importantes es la renuncia en los próximos años al soterramiento de la línea de Feve. Por el contrario, el río Noval, que transcurre casi paralelo a las vías, se sacará a la superficie y será revalorizado junto a una zona verde donde hoy en día se asienta la fábrica de conservas de Albo.

Los vecinos del Regueral y La Matiella protestaron, puesto que la negativa de la compañía ferroviaria a sepultar las vías impedía el desarrollo de esos barrios candasinos, ya que el Ayuntamiento, como medida preventiva, impedía cualquier movimiento en la zona.

El gobierno de Carreño mantuvo varias reuniones con la empresa y, tras comprobar que en sus planes futuros no entraba la obra de enterramiento de vías entre Candás y Perlora, se decidió abortar el dibujo del soterramiento en el nuevo planeamiento.

En cuanto al río, el objetivo es que la villa muestre un aspecto más saludable. Se enmarcará en un parque, situado en el solar de Albo, y se convertirá en la zona verde más grande del casco urbano candasín. De todas formas, no todo el terreno será para el esparcimiento de los vecinos, ya que una porción más pequeña servirá para edificaciones.

No será la única zona del casco urbano que quedará liberada de edificaciones urbanas. Y es que tras las alegaciones de los vecinos, el gobierno ha dado marcha atrás y ha rebajado la zona de expansión del casco urbano. En el barrio del Regueral, de hecho, se ha eliminado una zona que iba a ser para construir y en su lugar se ha fijado un nuevo núcleo rural, de nombre El Peñéu. Ésa es precisamente la tónica general en todo el concejo, que tras las alegaciones de los vecinos ha visto nacer once nuevos núcleos rurales, que permitirán la construcción de viviendas unifamiliares en zonas donde antes no se podía construir. Se accederá hasta ellas por medio de nuevos caminos públicos.

De los nuevos núcleos rurales, dos se fijan en Candás, tres en Logrezana y en Albandi y uno en Piedeloro, Tamón y Perlora. Esta última parroquia también ha sufrido modificaciones importantes, ya que sólo se podrán construir viviendas unifamiliares en toda ella, salvo en el área de Perán, a petición de los propios vecinos.

En cuanto a la expansión urbanística, que se centra en Candás, el nuevo PGOU ha bautizado tres nuevos barrios, que se irán desarrollando de forma escalonada, sin que empiece a edificarse en uno hasta que no estén completamente urbanizados los anteriores, por su cercanía al actual casco urbano candasín. Los nuevos barrios serán La Unión, Pielgo I y Pielgo II, todos ellos en los terrenos que abarcan desde la actual urbanización de El Llagarón hasta los límites con el concejo de Gozón.

Mientras, el barrio del Regueral, hasta ahora rural, pasará a ser urbano, con la creación de una bolsa de suelo que permitirá la construcción de 1.200 viviendas. Se podrá convertir, de haber la consecuente demanda urbanística para ello, en el barrio más poblado de Candás.

El PGOU definirá también los futuros usos del suelo en el caso de Perlora. Las futuras adjudicatarias, para su explotación, no podrán variar las condiciones de edificación actuales, que están vigentes desde el año 1993, ya que el nuevo planeamiento no modifica su urbanismo y, por lo tanto, el nuevo proyecto que se cree deberá ajustarse a él.