Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El desmontaje de la capilla de San Antonio de Candás está a punto de comenzar. Como paso previo a la retirada de las piedras que componen el templo renacentista, se ha procedido a numerarlas. La dirección de la obra ha realizado ya «la clasificación de los sillares correspondientes al arco de triunfo y a las nervaduras de la bóveda estrellada». El motivo de la numeración es que «así cada piedra podrá ser colocada posteriormente en el mismo lugar que ocupa en la actualidad, para no alterar la fisonomía de la iglesia, ni los criterios arquitectónicos y artísticos con los que fue construida».

Al mismo tiempo, la empresa adjudicataria, Castroagudín Canteros, ha colocado ya el andamiaje en la fachada principal de la ermita, para su desmontaje por piezas una vez finalice la numeración interior.

El tiempo apremia. De hecho, la obra fue adjudicada de forma urgente, por los continuos argayos en la ladera del cabo San Antonio que da al mar, los cuales han puesto en peligro el asentamiento de la capilla, que será trasladada a un eucaliptal cercano a su ubicación actual. El desmontaje comenzará por la parte exterior, para lo cual también se han apuntalado mediante columnas de madera la bóveda interior y el arco. Esta medida evitará que se produzca un desplazamiento no deseado de piezas en la parte más relevante del edificio.

El proyecto de desmontaje está firmado por la experimentada firma de arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia, con experiencia en otras tareas similares, como la restauración de la catedral de Oviedo. Son ellos quienes han seguido el proceso de numeración de las piezas de la ermita de San Antonio, de forma que puedan ser devueltas a su posición original durante la reconstrucción. Esta obra aún no tiene fecha prevista y todo parece indicar a que tendrá que esperar a un nuevo presupuesto municipal. Durante ese tiempo, las piedras permanecerán almacenadas bajo custodia del Ayuntamiento.

El de San Antonio es un templo religioso del siglo XVII que representa el único resto de estilo renacentista que existe en Candás. Los trabajos para su desmontaje está previsto que se desarrollen a lo largo de dos meses y medio, si bien el gobierno municipal cree que «podrían acabarse incluso antes». El objetivo es salvar la ermita de los continuos argayos que se registran en el cabo desde el pasado mes de enero y que amenazan con llevarse el templo por delante.