Prendes,

Braulio FERNÁNDEZ

Carreño ha perdido su vivero de empresas. El equipamiento, que acoge temporalmente a empresas que dan sus primeros pasos en el mercado, ha durado poco más de un año en Prendes, ya que dejó de tener actividad a finales del año pasado y, desde entonces, no ha acogido a ningún nuevo emprendedor, según confirmaron fuentes de la Cámara de Comercio de Gijón, encargada hasta ahora de su gestión.

Según la Cámara, «el vivero nunca llegó a estar plenamente operativo por un cúmulo de coincidencias», entre ellas la «puesta en marcha del equipamiento coincidiendo con el inicio de la recesión económica, lo que provocó la retracción de la demanda». Por ese motivo, la Cámara de Comercio de Gijón se vio «en la necesidad de priorizar recursos» y, finalmente, optó por «el cierre temporal del vivero».

Así las cosas, el Ayuntamiento busca ahora la forma de volver a poner en marcha la instalación, ubicada en las antiguas escuelas de Prendes, en la vieja carretera que une Gijón y Avilés.

El municipio firmó un convenio en el año 2008 para «encomendarle la gestión del vivero de Prendes, para facilitar el desarrollo de iniciativas empresariales de interés local», según explicó la concejala de Desarrollo Local, Amelia Fernández. Se trata, pues, de «un espacio físico que, combinado con el ofrecimiento de locales, de formación, de asesoramiento y de prestación de servicios, trata de cubrir las necesidades básicas de las pequeñas y medianas empresas, permitiendo la mejora de sus expectativas de supervivencia».

Sin embargo, «la Cámara de Comercio comunicó oficialmente al consistorio su intención de abandonar la gestión del vivero», aseguró Fernández. «Ahora nos planteamos su próxima reapertura mediante la contratación de un dinamizador de inserción laboral que, en estrecha colaboración con la Agencia de Desarrollo Local, se encargue del apoyo de las iniciativas emprendedoras y que esté en contacto permanente con el tejido empresarial para conocer sus demandas de personal y las necesidades formativas de sus trabajadores», explicó la edil.

El objetivo será, de nuevo, promover la inserción de los desempleados en Carreño en empresas radicadas en el concejo y buscar recursos formativos que ayuden a las firmas a mejorar la cualificación profesional de sus trabajadores. Algo que tendrá que hacer el Ayuntamiento por su cuenta, tras la renuncia de la Cámara de Comercio.

El vivero se ubica en las antiguas escuelas de Prendes, con una superficie de más de 400 metros cuadrados distribuidos en dos alturas, con aparcamiento, espacios comunes, como biblioteca y sala de reuniones, y siete despachos destinados a alojar a empresas. Durante el tiempo que estuvo abierto, alojó apenas a media docena de emprendedores.