El grupo de teatro «Traslluz», de Gijón, estrenó la noche del sábado la obra «¡Que vienen los otros!», de Carmen Duarte, una obra en la que destacó, con diferencia, la actriz Marián Braga. Su llegada al mundo de la escena asturiana es reciente, si se tiene en cuenta que pertenece al grupo «Traslluz» desde 1999. Tiene sobrada capacidad interpretativa y un talento innato que mejora cualquier papel que le toca en gracia. Conecta con el público desde que aparece en el escenario y su genialidad le hace que sean justos los aplausos que recibe en cada actuación.

Su presencia en las tablas hace recordar a Verónica Forqué por su parecida expresividad y un carisma aplastante. Marián Braga podría ser una de las intérpretes nominadas al «Aurora» en la categoría de mejor actriz secundaria, uno de los galardones nuevos en la edición de este año. Muchos grandes de la escena, que actuaban en el salón candasín, se quedaban a las puertas de la nominación porque tenían un papel de reparto y no protagonista. Este año se premiará a todos: los principales y los secundarios, fundamentales para el desarrollo de una obra de teatro o película.

Marián Braga ya tiene un premio «Aurora» a la mejor actriz en el año 2005 y tiene el premio «Carbayín» en las jornadas de teatro, organizadas por el grupo de José Ramón Oliva. Fue en el año 2006 y Braga lo consiguió por su interpretación en «Contigo pan y cebolla». Además, tiene el premio «Carbayón» de teatro amateur de Ciudad de Oviedo a la mejor actriz secundaria en el año 2008 en la obra «De tal palu tal astiella» y otro galardón en los XI Encuentros Teatrales «Elisa y Luis Villamil» de Vegadeo 2008 a la mejor actriz principal.

No lo hizo mal el resto del reparto. El actor que encarna a «Angelón» tiene presencia en el escenario, así como el intérprete que asume el papel de Corsino. También es destacada la escenografía de la obra, una de las mejores del salón candasín de este año.

Estamos a finales de los 70 y comienzos de los 80, cuando Fefa, la protagonista de esta comedia, es una mujer viuda y desconfiada. Piensa que, primero al legalizarse el comunismo y después al entrar la izquierda en el Gobierno, va a quedar sin tierras y propiedades. Por el pueblo se comenta que socialistas y comunistas «van a dar la tierra a quien la trabaje» y tiene miedo quedar sin ellas. Con las mismas, Fefa «va a armar lo que no está escrito para salvarse de la quema» , aunque será ella quien «salga chamuscada».