Viella (Siero), F. TORRE

Quesos de La Peral, afuega'l pitu y gamonéu del valle, sabadiegos de Noreña, longanizas de Avilés, chosco de Tineo, vino de Cangas? Hasta doce cofradías de toda Asturias estuvieron representadas ayer en el restaurante La Ronda de Viella (Siero), donde se celebró una singular fiesta gastronómica: un encuentro en torno a los productos que exaltan todas estas cofradías asturianas. Una celebración a la que asistieron en torno a 150 personas y que estuvo pregonada por Emilio Serrano Quesada, empresario licorero riosellano y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. «Con el producto asturiano se debe ser fiel y guardarle el debido respeto y hacérselo guardar», afirmaba Serrano durante su pregón. Un texto en el que celebraba su condición de cofrade y glosaba las virtudes de estas hermandades, al tiempo que describía los placeres vinculados a la cocina tradicional.

«Heredé de mi padre, Emilio, y de mi abuela Rosario el gusto por la gastronomía, buenos conocedores de nuestros guisos. Por mi oficio fui cocinero y fraile, y en mis viajes fui trotador de caminos en busca de platos diversos, de rezos y oraciones que hierven al fuego de nuestros fogones», relataba Serrano, quien, acto seguido, pasaba a explicar su labor en pro de la gastronomía regional: «Hace muchos años, una comisión de amigos pusimos en marcha las primeras Jornadas gastronómicas de Asturias, de las que Ribadesella, con las del mar, fue pionera».

Como conclusión a su pregón, Serrano esbozó un canto a la amistad en su grado más elevado, y simbolizada con ese prodigio de nuestro tiempo que es la sobremesa.

«Es hora de terminar, la comida nos espera. Vendrá luego esa sobremesa que ofrece placer y felices momentos. Brindemos, pues, por esta universidad de la amistad y el afecto que mantenemos sus componentes. Bajo el cumplimiento de estos mandamientos, las cofradías deben ir creciendo para despertar la historia y hacerla actualidad. La mayoría de nosotros llevamos tiempo en esto y el distintivo de nuestras capas nos reviste de esa autoridad, y, como el poeta, seguimos haciendo camino al andar», concluyó.

Como colofón, los asistentes disfrutaron de una comida a base de los más suculentos frutos de la tierra asturiana.