Valdediós (Villaviciosa),

Lucas BLANCO

Las reacciones al ofrecimiento realizado por el Arzobispado de Oviedo para que las monjas trapenses de Cartagena se trasladen desde el monasterio de Nuestra Señora de La Paz de La Palma, una población del municipio murciano, al de Santa María de Valdediós, no se han hecho esperar. Personas de diversos ámbitos vinculados al monasterio maliayo coinciden en señalar como positiva la vuelta del cenobio a la dedicación a la vida contemplativa, perdida cuando, en el año 2009, la Santa Sede decretó la disolución del priorato cisterciense ubicado en el concejo de Villaviciosa.

Entre los argumentos que esgrimen las personas preguntadas sobre la posible la llegada de las religiosas, existe unanimidad a la hora de señalar que su presencia garantizaría la perfecta conservación y disponibilidad de Valdediós.

Tampoco hay discordancia cuando se trata de alabar la labor realizada en estos dos últimos años por la comunidad de San Juan -que ya se encuentra buscando un nuevo destino más cercano a la urbe-, cuya ayuda a las parroquias es constantemente reconocida.

Entre quienes acogen con mayor satisfacción la llegada de las monjas del monasterio murciano figura el cronista oficial de Piloña, historiador y experto en temas monacales, Andrés Martínez, quien no duda en subrayar la importancia del retorno de una orden cisterciense al monasterio maliayés. «Me parece interesante porque supondría volver a traer al edificio histórico la orden del Císter, que ha estado implantada en Valdediós desde sus inicios, durante ochocientos años, y encaja perfectamente con la historia de este escenario», señala Martínez.

Por otra parte, el historiador piloñés considera que, con la implantación de la orden trapense, Valdediós obtendría como nuevo atractivo el culto propio de dicha orden. «El culto cisterciense es muy rico y mucho más atractivo que el de los sanjuanistas porque son una orden francesa con mucha menos tradición en este aspecto», explica el experto, que, además, da por hecho que la conservación del monasterio estará asegurada como lo ha estado hasta ahora «gracias a la gran labor de la comunidad de San Juan».

También admite haberse alegrado por la noticia el presidente de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa, «Cubera», Etelvino González, quien no duda en calificar de «gran acierto» el ofrecimiento del Arzobispado.

«En un monasterio tiene que estar una orden monástica», afirma González. No obstante, el presidente de «Cubera» tiene palabras de elogio para la comunidad de San Juan que ha ocupado Valdediós. «Han sido atentos, amables y serviciales, pero, como seguidores de Santo Domingo de Guzmán, su sitio está en una ciudad y, preferiblemente, con universidad», apunta.

González añade que «lo peor que le podría pasar al monasterio es que fuese cerrado y gracias a la labor de los sanjuanistas ha estado abierto estos dos últimos años». Del mismo modo, el presidente de Amigos del Paisaje de Villaviciosa espera que las monjas acepten el ofrecimiento, pues cree que sería un gran impulso para el monasterio. «Si vienen serán palabras mayores, una gran noticia y quizás un paso necesario para darle el impulso cultural que necesita un lugar en el que se invirtieron 2.000 millones de pesetas que no están siendo aprovechadas», sostiene González.

Por su parte, Carlos Capellán, el sacerdote de la parroquia maliayesa de Puelles, donde se ubica el monasterio, considera que será difícil que la decisión sea negativa viniendo del Arzobispado. «Jesús (en referencia al Arzobispo) ha presidido la comisión de vida comtemplativa de la Conferencia Episcopal y sabe mucho de estos temas», apunta el párroco, quien, sin embargo, lamenta la posible marcha de los sanjuanistas. «La comunidad de San Juan hace un grandísimo trabajo aquí en materia de juventud, pero necesitan acercarse a las ciudades», indica Capellán, que cree que «todo lo que sea que Valdediós no caiga en desuso es positivo».

Más cauteloso se muestra el presidente del Círculo Cultural de Valdediós -cuya sede se encuentra en el propio monasterio-, Martín Caicoya, quien, si bien no quiso valorar el hipotético traslado de las religiosas al monasterio al considerar que se trata de «una decisión interna de la iglesia», confió en que los cambios no afecten a la actividad de la asociación cultural. «No puedo saber ahora si afectará a nuestra actividad, sólo puedo decir que hasta el momento no hemos tenido problemas y no creemos que esto cambie las cosas», puntualizó.

Por último, el alcalde de Villaviciosa, José Felgueres, aseguró ayer no conocer con detalle cómo afectaría el cambio de comunidad residente en el monasterio, pero expresó su confianza en la decisión tomada por la Iglesia. «Ellos saben más que nosotros de estos temas y me imagino que la decisión será acertada», manifestó el regidor, quien dijo estar convencido de que contar con una orden que se encuentre a gusto en el edificio religioso será una ventaja. «Si se trata de una orden que se sienta cómoda aquí, bienvenida sea, pues seguramente será una ventaja para todos nosotros», concluyó el Alcalde.

«Es una decisión interna de la Iglesia y no tiene por qué afectarnos»

<Martín Caicoya >

Círculo Cultural de Valdediós

«Con la vuelta de la orden del Císter, Valdediós recuperaría un culto más rico»

<Andrés Martínez Vega >

Experto en temas monásticos

«Es un acierto; en un monasterio tiene que estar una orden monástica»

<Etelvino González >

Asociación «Cubera»

«Si se trata de una orden que se sienta cómoda aquí, bienvenida sea»

<José Felgueres >

Alcalde de Villaviciosa