La Casa de Cultura de Candás acoge una exposición sobre los primeros, sólo los primeros, 20 años de la Banda de Gaitas de Candás. Habrá muchas décadas más y muchas más exposiciones, esperemos. Está muy bien esto de «dar visibilidad», como se dice ahora, a la formación musical. Muy entrañable lo de la exposición y muy bien para ver fotos y trofeos, como el último de la Liga nacional. Pero lo suyo, lo que toca, es verles actuar. No sólo por la música sino por la puesta en escena. Las bandas de gaitas han evolucionado enormemente en los últimos años, y la de Candás junto a la «Llacín» de Llanes son un claro ejemplo. No se trata de coger el instrumento, llenar el fuelle de aire y hacerlo sonar, que ya es bastante y quien lo haya intentado lo sabe. Estos chicos saben de música tanto como un pianista o un violinista. Hay que dejar claro que los gaiteros son músicos. A la música hay que sumar la puesta en escena, las coreografías y el vestuario. En fin, que felicidades y a por otros 20 años más.