Vocal delegado de la Mancomunidad del Cabo Peñas

Luanco, Braulio FERNÁNDEZ

César Fidalgo (Luanco, 1982) asumió hace escasos meses el cargo de vocal delegado, el más ejecutivo de los mandos en la Mancomunidad, pero al mismo tiempo aceptaba la tarea de mediar en el conflicto entre Carreño y Gozón por dar o quitar protagonismo al órgano comarcal. Lo que en tiempos de crisis significa dar, o no dar, dinero de las arcas municipales a otra administración. Fidalgo, claramente a favor de dotar de significado al ente, también por razones económicas, da su punto de vista ahora que la Mancomunidad vive su momento más difícil.

-¿Es realmente una posibilidad la disolución de la Mancomunidad a causa de las diferencias entre gobiernos?

-Es posible siempre que hablamos de acuerdos políticos tomados por dos ayuntamientos. Pero sería un proceso muy difícil de aplicar y a la vez muy costoso. También me gustaría decir que no podemos hablar de diferencias entre gobiernos, sino de la decisión de uno de estos gobiernos de no cumplir con compromisos adquiridos desde hace tiempo. Se dice que la razón es la inviabilidad de la Mancomunidad, pero en realidad la difícil situación económica que atraviesa el Ayuntamiento de Gozón tiene mucho que ver con las declaraciones y propuestas presentados en los últimos días tanto por el PP como por el presidente de la Mancomunidad, el alcalde de Gozón.

-¿Cuál es la razón por la que eso no debería ocurrir?

-Como he dicho anteriormente, la disolución sería un proceso difícil y costoso, especialmente para Gozón, que además sería la parte que saldría mayormente perjudicada.

-¿Cree que el esfuerzo económico merece la pena?

-Totalmente. La idea de mancomunar servicios, siempre defendida por la izquierda, es ahora en estos tiempos de crisis defendida incluso por la derecha. Está claro que mancomunar servicios es una medida que permite minimizar los costes de dichos servicios y solventar problemas que por separado tendrían difícil solución. Lo que sinceramente más me extraña es que por un lado se proponga llevar a cabo recortes en la Mancomunidad y por el otro se pretenda una posible inclusión en otros entes supramunicipales.

-¿Cómo puede sacarse adelante la Mancomunidad si finalmente se acepta el recorte presupuestario?

-Difícilmente. Pero primero me gustaría señalar que ese pretendido recorte presupuestario depende de una votación en pleno de cada ayuntamiento, y en el caso de Gozón, que es el Ayuntamiento que propone dicho recorte, el equipo de gobierno está en minoría, con lo cual su propuesta como tal ahora mismo no se sostiene. Y está claro que dicho recorte de aplicarse debe paralelamente abordar un estudio ingresos-gastos. Ahí se tendría que especificar de qué servicios y personal se quiere prescindir.

-¿No podrían mantenerse los puestos de trabajo?

-Un recorte en el presupuesto tendría aparejados recortes de personal. Sería imposible cuadrar esas aportaciones con los servicios prestados y las personas que los desempeñan.

-¿Qué opina de la duplicidad de servicios entre Mancomunidad y ayuntamientos?

-Es un tema recurrente, y se hace uso de él para que cale entre la sociedad la idea de que la Mancomunidad es inviable. De existir, cada ayuntamiento debe saber en qué departamentos se dan, y así decirlo directamente en sus propuestas. Posteriormente tendrá que preguntarse si teniendo un servicio mancomunado se debe tener otro municipal.

-¿Cree usted, como hace Carreño, que todo el problema es culpa del gobierno de Gozón por no estar al día en sus pagos?

-A día de hoy los principales problemas que tiene la Mancomunidad son económicos, derivados de los retrasos en los pagos por parte del Ayuntamiento de Gozón. Luego podemos entrar a valorar si la Mancomunidad necesita una reestructuración o una refundación.

-La Mancomunidad nació por una piscina. ¿Qué sentido tendría para usted que acabase por ser solo una piscina?

-La Mancomunidad no nació por una piscina, aunque sea dicha instalación la que en los últimos tiempos ha estado en el candelero, acusándola de la insostenibilidad de la Mancomunidad. Pero no creo, viendo la última propuesta de la presidencia, que ahora la piscina sea el objetivo de los ataques.

-¿La expropiación de los terrenos para esa piscina ha sido en su opinión el mayor error cometido por la Mancomunidad?

-Rotundamente no. La expropiación, para quien no la conoce, fue un proceso muy difícil. Se llegó a varios acuerdos con los propietarios y días antes de unas elecciones estos acuerdos fueron rechazados, con lo cual la única alternativa que tenía la administración era la expropiación. El problema llegó con la calificación del suelo, que por parte de la administración era rural, pero que los jueces señalaron como urbana.