Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Candás no olvida su herencia marinera, o al menos eso es lo que los pescadores de la villa y un nutrido grupo de vecinos pretenden con la celebración, año tras año desde hace décadas, de la misa en honor de los náufragos del lugar. «Todos tenemos algún pariente o amigo que perdió la vida en el mar», dice el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores «Nuestra Señora del Rosario» de Candás, José Ángel Gutiérrez Suárez. «Todo el que es de Candás lo tiene, y ésta es la forma de rendirles homenaje, de tener un recuerdo para ellos», dice.

El caso es que no es una de las celebraciones más numerosas del calendario candasín, a pesar de ser una de las más emotivas y tradicionales, pero ayer, sábado, congregó a muchos vecinos. «Sólo se pretende rememorar a quienes nos precedieron en la profesión, y no sólo hay que remontarse a las épocas de las grandes galernas, porque los pescadores que hoy estamos en activo también hemos perdido a compañeros en el desempeño de nuestra tarea», señala Gutiérrez Suárez.

Las versiones de por qué la misa se celebra el 14 de enero varían. «Podría deberse a que en el mes de enero se produjeron dos grandes naufragios, con más de 90 y de 30 muertos, en el siglo XIX», apunta el historiador local David Pérez Sierra. Por otro lado, como señala Joaquín Rodríguez, «en esa fecha se celebró la primera reunión de la Sociedad de Mareantes de Candás», por lo que coincidiría con la celebración en homenaje de los náufragos.

De cualquier manera, «Candás siempre vivió de la mar, y la misa sigue vigente por el apego que el pueblo tiene a su herencia», recalca el patrón mayor, consciente de que «el recuerdo de los náufragos atañe a todo el pueblo», y no sólo a los pescadores, precisamente porque todos en él tienen algo de pescadores.