Perlora,

Braulio FERNÁNDEZ

La Consejería de Presidencia del Principado de Asturias ha formalizado un contrato con la empresa Alcor Seguridad por valor de 171.269 euros para establecer vigilancia privada durante todo el año en la Ciudad de Vacaciones de Perlora. La empresa presentó la oferta más ventajosa para resultar vencedora en una licitación llevada a cabo a finales del año pasado y que acaba de concluir con la firma de un contrato que la hace responsable de las labores de vigilancia y seguridad en las instalaciones perlorinas, de titularidad regional.

La medida tendrá una duración de un año y terminará con la discontinuidad del servicio de vigilancia que se venía poniendo en práctica en años anteriores en el recinto turístico, clausurado en 2006. La última contratación por un año de la seguridad privada en Perlora corresponde a 2009, mientras que otros años los vigilantes eran dispuestos en las temporadas de mayor ocupación del recinto.

Y es que Perlora, con dos playas y numerosas zonas verdes, sigue siendo un reclamo para el esparcimiento de vecinos no sólo de Carreño, sino de diferentes lugares de Asturias. Además, continúan en pie y fácilmente accesibles numerosas construcciones, entre ellas, más de dos centenares de villas, varios comedores y una iglesia. Eso ocasionó quejas por parte de los vecinos, que alertaban de que se producían ocupaciones ilegales de las edificaciones.

Sin ir más lejos, el pasado año el Ayuntamiento de Carreño recibió quejas por la ocupación de algunas de las villas durante las noches de los fines de semana por parte de numerosas pandillas de jóvenes. Más aún, la residencia fue pretendida sede de concentraciones del movimiento «indignado», aunque éstas no llegaron a producirse, al menos en un gran número de los casos.

Una de las mayores preocupaciones para los vecinos del entorno de la Ciudad de Vacaciones ha sido también el uso de la residencia para carreras ilegales entre vehículos, algo que podrá atajarse ahora con la contratación del servicio de vigilancia privada. En anteriores años, cuando no estaba dispuesto este servicio de seguridad privada a lo largo del año, el Principado dejaba la tarea de vigilar la finca de 360.000 metros cuadrados a la Policía Autonómica, cuya frecuencia de paso por Perlora no contentaba a la vecindad.