Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La decisión municipal de liberalizar el horario de cierre de los bares durante unos 40 días al año ha sido bien recibida en un sector de los empresarios de la hostelería que aplauden una iniciativa que permite ampliar su margen de beneficio. Sin embargo, hay otros dos colectivos que tienen una opinión negativa de la medida. Por un lado, están los empresarios cuyos locales tienen licencia para música amplificada, que aseguran que la decisión municipal no les reportará ningún beneficio. Y, por otro, los vecinos, que le afean al Ayuntamiento que no les haya consultado para llevar a cabo la modificación de la norma.

Una vez esa modificación de la ordenanza haya sido puesta en vigor, al contar ya con un acuerdo mayoritario de los grupos políticos, los bares que no tienen música amplificada podrán ver ampliado su horario de cierre, al menos hasta que finalicen las actividades y conciertos públicos durante fiestas como las de la Sardina, el Cristo, San Antonio, San Roque o las ferias de la conserva, cerveza o el Festival Internacional de Gaitas.

«La medida es un abuso, en realidad», lamentaba ayer un hostelero de la calle Valdés Pumarino, donde se encuentra la principal concentración de locales de copas de Candás. «Solamente hay media docena de locales con música amplificada, cuyo horario de cierre ya se sitúa más tarde de las cinco de la madrugada, precisamente porque los establecimientos tienen insonorización contra el ruido», añade.

El problema es que los bares sin esta licencia que se beneficien de la liberalización del horario sí molestarán a los vecinos, además de causar un agravio comparativo con los que sí contratan la licencia de música amplificada. «Algunos nos hemos gastado más de 6.000 euros por insonorizar cada diez metros cuadrados de local, y pagamos una licencia más cara», especifica el empresario.

Al otro lado de la calle se colocan los vecinos, que tampoco han recibido de buen grado la noticia de la liberalización del horario. Desde la asociación, que en numerosas ocasiones ha puesto en marcha reuniones e iniciativas para conciliar la actividad de empresarios con los derechos vecinales, su presidente, Luis Fernández, subraya que «aún estamos esperando la prometida reforma de la ordenanza, que está obsoleta como reconoce el propio Ayuntamiento». Dice el portavoz vecinal que «se tienen que tener en cuenta los intereses de unos y de otros, y no sólo los de los empresarios, como ha sucedido con esta decisión unilateral».

«La medida irá en beneficio de los bares, pero desoye a los vecinos, que además siguen esperando desde hace años por una regulación en condiciones de lo referente no sólo a ruidos, sino también a terrazas o cierre de calles durante el verano», añade el presidente vecinal. Algo que se solucionaría, según explicó, con la puesta en marcha de una reforma sustancial de la norma, y no «un parche, como se hace ahora».

Ni siquiera entre los grupos políticos hay una total unidad al respecto de la modificación. Uno de los principales apoyos del PSOE en el gobierno, Izquierda Unida, se manifestó en contra, esgrimiendo algunas de las razones argumentadas por un sector de la hostelería. «Estamos en contra de esta modificación, que sólo favorecerá a unos en detrimento de otros que en su día hicieron una inversión en sus locales», explicó su portavoz, Manuel Medina.

«Esa modificación va en contra de quienes en su día invirtieron en los locales»

<Manuel Medina >

Portavoz de IU

«Es una medida unilateral, queremos un cambio de la ordenanza»

<Luis Fernández >

Asociación de vecinos