Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

En poco menos de un mes, el Candás Club de Fútbol ha pasado de la pequeña alegría de un modesto premio de la lotería del «Niño» a una situación rocambolesca que ha culminado en la crisis institucional más grave de su historia. Y todo por un atraco supuestamente sufrido por el presidente de la entidad, Iván Sampedro, que después fue desmontado por la Guardia Civil. La dimisión del propio Sampedro tras retirar la denuncia y de un reguero de directivos terminó el viernes con la disolución de la junta gestora del club.

El primer capítulo tuvo lugar la tarde del 19 de enero, cuando Sampedro, que tenía que presentarse en el centro polivalente de Candás para pagar los vales de lotería a razón de 24 euros la unidad, denunció minutos antes ante la Policía que dos varones que ocultaban sus caras con bragas y vestían de chándal le habían atracado y robado 4.800 euros. Según su versión, mientras uno vigilaba en la puerta el otro le arrojó contra dos muebles hasta hacerle perder el conocimiento. A la mañana siguiente, tres directivos del Candás presentaron su dimisión en las oficinas del club, sin dar más explicaciones.

El siguiente jueves se produjo el siguiente capítulo, cuando varios socios denunciaron a LA NUEVA ESPAÑA irregularidades en el pago de la lotería, con boletos mal sellados y sin sellar, que sin embargo estaban siendo pagados. Al día siguiente, en una asamblea extraordinaria de socios, éstos refrendaban a la directiva restante, mientras los directivos dimitidos daban explicaciones de su marcha. Las diferencias de criterio por cómo se había gestionado el pago de la lotería estaban entre ellas.

Otro jueves después, el del pasado 2 de febrero, Iván Sampedro comparecía ante la Guardia Civil en Gijón para presentar las matrices de la lotería. Allí la Benemérita le comunicó sus dudas sobre la existencia del robo y le dio a elegir entre continuar adelante con su denuncia y atenerse a las consecuencias, investigación de cuentas incluida, o retirarla. Oficialmente, estaba detenido acusado de simulación de delito.

Sampedro se retractó entonces de su versión, reconociendo que no le habían robado delante de la Guardia Civil, a pesar de que aún hoy sigue sosteniendo públicamente su inocencia fuera de los despachos policiales. Al día siguiente se produjo la dimisión de al menos otros tres directivos del Candás. Del dinero supuestamente robado no se supo más, aunque el presidente asegura que satisfará totalmente las cantidades que se deban del premio de la lotería.

La directiva está disuelta hasta una próxima convocatoria de elecciones, que tratará de dejar atrás un episodio oscuro del que todo lo que ha quedado es una acusación por denuncia falsa, que probablemente derive en una multa económica para Sampedro.

La otra cara de la moneda tendrá lugar hoy domingo, cuando el Candás se enfrente al Luarca en partido correspondiente a la jornada 24 de Tercera División. Según explicó ayer el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Carreño, José Manuel Muñiz, la normalidad está asegurada en el campo de La Mata, tras el ofrecimiento de varios socios para hacerse cargo de las distintas tareas que conlleva la celebración de un partido como local. «Me llamaron varios socios, pero también miembros de la ya antigua directiva, muchos de los cuales desempeñarán la labor que ya conocen por el bien del club, y de forma excepcional, hasta que se produzca el relevo». Muñiz adelantó que el próximo viernes se celebrará una asamblea de socios.