La labor de vigilancia de la reserva natural parcial de la ría es otra asignatura pendiente, a la luz de los reiterados incumplimientos de su plan rector de uso y gestión, que cualquiera que frecuente este espacio puede comprobar, entre ellos la invasión de zonas de uso restringido (desembarco de barcas y piraguas e instalación de mesas, sombrillas y toda la parafernalia playera en El Bornizal en verano), el uso de motos de agua, la navegación en zonas y en épocas no autorizadas y las actividades de pesca submarina.