El nudo de Mudarri es la gran solución a los problemas de comunicación entre las grandes autovías del centro de Asturias, y un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos de Siero. Los trabajos, que deberían concluir este mes, han dejado un reguero de protestas en las poblaciones que se han visto afectadas por las obras, y ahora, cuando empiezan a verse los resultados, se han iniciado las movilizaciones para solicitar que se corrijan algunas deficiencias advertidas por los residentes.

La última de estas movilizaciones se produjo este domingo, cuando más de 200 vecinos de Pola de Siero, Forfontía y La Carrera se concentraron en la rotonda de entrada a la capital del concejo por la carretera de Ferrera para protestar por la falta de iluminación y la carencia de una acera de paso para peatones. Unas deficiencias que se localizan en el enlace entre Pola de Siero y Noreña, a través de Ferrera, con la Autovía Minera (AS-I), conexión incluida en las obras del nudo de Mudarri y permite un acceso directo a la vía rápida desde Pola y la Villa Condal.

Precisamente, la impulsora de la protesta, Primitiva Sánchez, y varios representantes de la asociación de vecinos «El valle de Forfontía» se reunieron ayer con el alcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, para reclamarle que inste a la Dirección General de Carreteras a rectificar el trazado final y adecuarlo a un proyecto que plantea incluir una acera en voladizo para permitir el tránsito peatonal.

Aunque el alcalde de Siero se mostró receptivo a las peticiones vecinales, los representantes le hicieron notar en la reunión que, en caso de que no se atendiese a las necesidades de los residentes, iniciarían movilizaciones y cortes de carretera.

Pero no es únicamente el enlace de Ferrera el que se ha puesto en entredicho los últimos meses. Los vecinos de Hevia ya protestaron con ahínco el corte al tráfico de su acceso principal, desde El Berrón durante tres meses por el derribo y reconstrucción de un viaducto, y desde hace varias semanas los usuarios de la autovía de Villaviciosa (A-64) padecen los rigores de las obras entre Pola y El Berrón, cuyos accesos en sentido Oviedo tienen cierto peligro.

Pero las quejas más significativas vienen precisamente de Mudarri, la pequeña localidad que da nombre al macroenlace, que se ha quedado virtualmente sin accesos.