Tres robos en los últimos cinco días han dejado sin cable de cobre a casi un kilómetro de longitud de la red de alumbrado público de Candás. El valor económico de todo el material sustraído, según estimaciones municipales, es de 12.538 euros, sin contar con la mano de obra de la instalación del nuevo cableado. Además, el suceso ha provocado problemas por la ausencia de luz en dos zonas de la red viaria candasina e, incluso, en un edificio público.

El primero de los robos, según fuentes policiales, tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando varios individuos, aún sin identificar, sustrajeron cable de cobre de la toma de tierra y de alimentación en la Subida La Cuesta, situada entre el hotel Marsol y la Subida a San Roque. Los cacos se llevaron unos 230 metros de cableado de cobre, que actualmente puede tener un valor aproximado de venta en el mercado superior a los siete euros el kilo, una vez separado del plástico que lo recubre.

El segundo robo tuvo lugar al día siguiente, cuando la falta de luz llamó la atención de las fuerzas policiales en el tramo de carretera entre Antromero y Candás, como había sucedido el día anterior en la Subida La Cuesta. El material sustraído fue mayor en esta ocasión, faltaban unos 400 metros de cable de la toma de tierra y más de 300 del de alimentación. Se trata, en ambos casos, de cables de un importante grosor.

Finalmente, en la madrugada del martes al miércoles pasado, el robo de cobre se produjo en un canalón de la Biblioteca Pública de Candás, donde se sustrajo un tramo aún pendiente de valoración.

Según la Policía Local de Carreño, que se encuentra realizando averiguaciones al respecto, los indicios apuntan a que el autor de uno o varios de los robos podría ser de Candás, aunque la investigación sigue en curso. En todos los casos la alerta la provoca la falta de luz en las zonas donde se han producido los robos.

No es la primera vez que el municipio es objeto de estos atentados contra el alumbrado público. En 2010 fueron las recién ampliadas instalaciones de La Mata, con su nuevo campo de fútbol sintético y las torres de luz, las que llamaron la atención de los ladrones, y el pasado año también se produjeron varios robos de cable de cobre en parroquias como Tamón o Perlora. En este último caso, incluso, se llegó a detener a un hombre de Gijón como autor de alguna de las sustracciones.

El modo de proceder de los cacos es simple pero arriesgado, cortando el cable de día, cuando no pasa luz por el cableado. Ya de noche, con menos visibilidad, se procede a retirar el material cortado. Para evitar los robos, se ha reforzado la seguridad policial, aunque la colaboración ciudadana resulta aún más efectiva para combatir estos delitos.