Pravia, Lorena VALDÉS

El Domingo de Ramos es, para los cristianos, la puerta que da paso a la Semana Santa, un período en el que se conmemora la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. Cientos de pravianos se congregaron ayer, a las doce y media de la mañana, en el exterior de la capilla del Valle de Pravia, para rememorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando, tal y como recogen los Evangelios, el Mesías hizo su entrada triunfal subido en una borriquilla en la ciudad en medio de una multitud que lo aclamó como el Hijo de Dios.

El párroco de Pravia, Francisco Donate, fue el encargado de bendecir los ramos y las palmas que los fieles alzaron con vehemencia a un cielo soleado en busca del agua bendita. «A mí no me llegó», protestó una niña mientras tiraba con insistencia de la casulla del sacerdote para reclamar su atención. Inmediatamente, el párroco roció la elaborada palma adornada con unos cuantos lazos rosas a juego con el vestido y zapatos de la pequeña. «Es para mi madrina», explicó orgullosa.

La mayoría de los pravianos optó por la palma, sobre todo los niños, aunque también se vieron numerosos ramos de laurel y olivo, algunos de ellos de enorme tamaño y cargados de caramelos, rosquillas y gominolas que endulzaron el Domingo de Ramos. El buen tiempo permitió asimismo que, tal y como manda la tradición, los más pequeños de la casa pudieran estrenar la nueva ropa de temporada para la celebración.

Con los ramos benditos dio comienzo la procesión, que partió de la capilla y estuvo acompañada por la música de un sexteto de gaitas de la Banda de Pravia. Pasada la una de la tarde, la comitiva llegó a la colegiata praviana, donde se celebró la misa de Ramos.

La próxima cita de la Semana Santa de Pravia tendrá carácter musical. El salón parroquial acogerá mañana, a partir de la ocho de la tarde, la proyección del Réquiem de Verdi. Al día siguiente, Miércoles Santo, tendrá lugar, a las diez de la noche, la procesión de las imágenes, que estará acompañada musicalmente por los cajistas de la Banda de Pravia. El fervor praviano por la Semana Santa ya está en la calle.