Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

De aquella idea de unidad que surgió a finales de los años ochenta para poder construir una piscina, un cuarto de siglo después ha quedado tan solo eso: una piscina donde ahogar las penas de la desunión entre carreñeses y gozoniegos. Veinticinco años después de la creación oficiosa de la Mancomunidad y casi veinte desde la inauguración oficial, los ayuntamientos están divididos por la crisis, que hace que no puedan sostener el mismo gasto en un ente que se ha convertido en un monstruo capaz de engullir más de un millón de euros de presupuesto y decenas de puestos de trabajo.

Lo que en principio surgió como una forma de ahorrar costes a los municipios es hoy uno de los mayores problemas del gasto de las arcas locales, por la obligación de pagar todos los años algo más de 400.000 euros, un desembolso que Gozón ya no se puede permitir y que Carreño, con un presupuesto muy superior gracias a sus cargas industriales, no está dispuesto a disminuir. Estas diferencias señalan el fin de una unidad nacida de la ilusión en el mes de agosto de 1988.

«Había unidad y mucha ilusión», evoca Luis Fernández, hoy presidente de la Asociación de Vecinos de Candás y entonces portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Carreño. Uno de los padres de aquella idea de Mancomunidad. «La idea era tener una piscina cubierta para los dos concejos y las únicas críticas que había, minoritarias, se limitaban a decir que en Candás y en Luanco la gente prefería bañarse en el mar», añade. «Se pensaba en hacer una mancomunidad de servicios, que sirviera para hacer una empresa que ahorrara costes a los ayuntamientos», rememora.

De hecho, uno de los principales proyectos del ente supramunicipal, junto a la construcción de la piscina de Antromero, era la creación de una empresa municipal de aguas que operase en los dos municipios, pero que, de nuevo, se quedó en agua de borrajas. «Había mucha ilusión porque permitía construir la piscina, imposible por separado, pero también por las ventajas económicas que podían derivarse de ella», señala el entonces concejal.

Sin embargo, la situación ha dado una vuelta de 180 grados con la crisis y el aumento del coste de los diferentes servicios que ofrece el órgano comarcal. «A los que formamos parte de aquello nos duele ver la situación actual y el problema reside, quizá, en que está demasiado politizado», dice Fernández.

El coste ha crecido desde la fundación del ente, tanto como su «politización». Desde su constitución oficial, que tuvo lugar en Luanco el 2 de diciembre de 1993, se ha pasado de los 10 millones de pesetas de aportación por parte de cada Ayuntamiento, 60.000 euros, a los cerca de 450.000 euros que Carreño y Gozón pagan al año ahora. Pero ya desde el inicio se contemplaba la inclusión de los mismos servicios que permanecen ahora: oficina de gestión urbanística, información juvenil y agencia de desarrollo local.

En aquellos estatutos rezaba que «la gestión y dirección de ciertos servicios será delegada en la Mancomunidad a los efectos de conseguir ahorros de escala en la gestión». Y ahí radica el problema hoy en día, ya que la finalidad de la Mancomunidad, al menos en su inicio, «era buena», en opinión del historiador carreñense Armando Rodríguez. «Hoy las noticias son las cuestiones políticas», comenta. Pero, en su opinión, la Mancomunidad «sigue teniendo el mismo sentido que al principio, más incluso, siempre que sirva para ahorrar». Pero, eso sí, Rodríguez entiende que, «si cada uno va a tirar para un lado, no se conseguirá nada».

La Mancomunidad «tiene un gran futuro», no obstante, en opinión de Joaquín Rodríguez, quien fue defensor del órgano durante su etapa de gestión, que supuso la incorporación de los emblemas de la guerra de la independencia como símbolo visible de la unión entre los dos concejos. «Los ayuntamientos tienen que permitir la pérdida del control de algunos servicios y evitar duplicidades», concluye.

«La idea de la Mancomunidad nació con unidad e ilusión, sin politizaciones»

<Luis Fernández >

Concejal durante la fundación

«El sentido de la Mancomunidad tiene que ser el mismo que al principio: ahorrar»

<Armando Rodríguez >

Historiador

«Los ayuntamientos tienen que permitir la pérdida del control de los servicios para prosperar»

<Joaquín Rodríguez >

Ex delegado de la Mancomunidad