La fotografía del «pacto de la manzana» de Villaviciosa era la imagen que esperaba la inmensa mayoría de los vecinos del concejo. Los electores decidieron con sus votos una Corporación muy fragmentada, sin mayorías y en la que la negociación habría de ser el pan nuestro de cada día para sacar el concejo adelante. Tras dos años de prórroga, el acuerdo sobre los presupuestos es un éxito de todos. Del alcalde, del PP, y de los grupos de la oposición. Pero un éxito que también conlleva sus obligaciones. Los populares tienen que gobernar, como es su deber, pero teniendo muy en cuenta las aportaciones del resto de grupos. La oposición, por su lado, tiene que seguir adelante con su cometido de control y fiscalización del gobierno, pero teniendo en cuenta que, una vez aprobada la hoja de ruta presupuestaria, hay que evitar los palos en las ruedas del Ayuntamiento por intereses partidistas. La lealtad es indispensable en cualquier pacto, y el de la manzana no es una excepción.