El Remedio (Nava),

Franco TORRE

Unas cuatrocientas personas se concentraron ayer en el campo de la iglesia de la localidad naveta de El Remedio en protesta contra la proliferación de líneas de alta tensión, precisamente en una zona, cercana a la frontera entre Siero, Nava y Sariego, en la que está prevista la conexión entre las líneas Costa Verde y Soto-Penagos.

En la protesta, organizada con motivo de la celebración del «Día mundial del medio ambiente», participaron numerosos colectivos ecologistas y asociaciones de Nava, Siero y otros concejos asturianos, entre ellos las asociaciones vecinales de Celles, La Madera, Serín, Valdornón, Collao, Bimenes y El Remedio.

Precisamente, el presidente del colectivo vecinal de El Remedio, que en cierta manera ejercía de anfitrión, Roberto Vega, señaló la singular desgracia que la localidad naveta ha tenido con las líneas de alta tensión: «Aparte de que está prevista la instalación de la Costa Verde, otras tres líneas de alta tensión pasan por El Remedio, la Soto-Penagos, de 400 kilovatios; la San Miguel I, de 220, y la San Miguel II, también de 220. Y todo en una zona muy pequeña y en la que vivimos trescientos vecinos».

Pese a todo, Vega entiende que el de El Remedio «no es un caso excepcional, ya que esta proliferación se da en muchos otros lugares de Asturias, aunque en algunos casos se trata de redes completamente innecesarias, como pasa con esta de Costa Verde, que no tienen ningún sentido».

Aparte de esta valoración sobre la pertinencia de la línea, Vega apunta que el trazado previsto «va a bordear la cara norte de Peñamayor, un espacio natural protegido, lo que es una barbaridad».

Incidiendo en esta línea, Fruti Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, señala que «las líneas previstas son totalmente innecesarias, y en el caso del anillo de Costa Verde, además, es un disparate» en el aspecto medioambiental.

Por su parte, el activista belga Bert Jennes anticipa para Asturias un escenario como el de su país, donde se han llegado a desmantelar líneas de alta tensión por su nula necesidad y el desmesurado impacto sobre el valor del suelo.

La protesta, que se inició con una concentración en el campo de la iglesia, derivó en una marcha, en la que los manifestantes subieron a un monte cercano desde el que pudieron contemplar un majestuoso paisaje encerrado entre torres y cables.