Perlora (Carreño),

B. FERNÁNDEZ

La escuela de Perlora, ubicada en el barrio de La Nozalera de la parroquia, cumplirá cien años el próximo 31 de agosto. Casualidades del destino, será justo el día en que sus puertas se cierren para siempre, ya que sus aulas nunca más recibirán a niños ni maestros. Para que a nadie se le olvide lo que allí se vivió, una exposición llena de fotografías, material escolar y docente, trabajos de alumnos y objetos de la vida diaria del centro durante la primera mitad del siglo XX dará testimonio de ello hasta el próximo 9 de septiembre. Antes del cierre, cuatro antiguos maestros han hecho un repaso de las cosas que pueden encontrarse en la exposición y de lo que estas les evocan.

«Lo más importante para mí son algunos textos escolares, de antes de la guerra, en los que se ve el primor con que estaban elaborados», explica Pepe García Yebra, maestro durante 27 años en Logrezana. «Hay que darse cuenta de que los dibujos y los textos de principios del siglo XX se hacían con pluma y no había rectificación posible».

Para la persona cuyo entusiasmo por la escuela la ha llevado a organizar toda la exposición, la también maestra Merche García Junquera, «las fotos son lo mejor, por la expresión de la gente, que permite a los parientes reconocer o descubrir a algunos de sus antepasados». La idea de llevar a cabo esta muestra surgió «hace mucho años y ahora, gracias a la gente del pueblo, se ha podido llevar a cabo», explica García Junquera, atrapada por la nostalgia al comparar fotos de más de un centenar de alumnos por año con las del último curso, solo con ocho.

Para María del Carmen Peláez, maestra en Perlora entre 1977 y 2010, «los pupitres antiguos, el ambiente, el olor, ayudan a percibir lo que era entrar en una escuela de antes, una de papel raído y textos antiguos, que trae emociones felices».

Y es que, como sostiene el presidente de la asociación de vecinos de Perlora, Pepe Caballero, «es como volver a la escuela, pero cincuenta años después».