Villaviciosa,

Mariola MENÉNDEZ

Se veía venir y no fallaron las previsiones. Esta semana se ha venido abajo el debilitado dique o «cárcova» del «porréu» de El Cierrón, en la ría de Villaviciosa, por el efecto de las últimas pleamares vivas. Su derrumbe hace temer a los ornitólogos que dejen de anidar en este espacio aves como el chorlitejo chico y la cigüeñuela común. El humedal maliayo es el único lugar del Cantábrico en el que se tiene constancia de la reproducción de la cigüeñuela y es uno de los escasos lugares donde lo hace el chorlitejo.

Adolfo Villaverde, de la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies (COA), señala que ahora la cigüeñuela tendrá «más dificultades para poder criar». El coordinador del grupo local en Asturias de SEO/BirdLife (Sociedad Española de Ornitología), Luis Mario Arce, explica que «la cigüeñuela sólo anida aquí en toda Asturias y requiere unas condiciones de inundación muy concretas que si, como sucede ahora, se ven alteradas, la hacen desertar de un territorio». Advierte de que «si no se regula de nuevo la entrada de agua, se perderá la colonia establecida en 2010». Arce agrega que el chorlitejo chico necesita lugares de características análogas, por lo que «también es previsible que abandone la zona».

Luis Mario Arce critica que las autoridades competentes «no ejercen ninguna acción de gestión y conservación del hábitat» en la ría, a pesar de que la considera «necesaria para mantener unas condiciones idóneas para las especies más valiosas del estuario». A este respecto, apunta que en el «porréu» de Sebrayu Baxu o de Villaverde debería «propiciarse la extensión del carrizal y su mantenimiento en buen estado, dado que de él dependen el carricerín cejudo, un pájaro palustre globalmente amenazado que tiene en ese porréu uno de sus pocos puntos de descanso en el Cantábrico durante la migración otoñal, y el avetoro común, una garza amenazada en España que aparece por la ría en los pasos y en invierno».

Adolfo Villaverde opina que ha habido una deficiente gestión hídrica en el «porréu» de El Cierrón y culpa a la Reserva Natural Parcial de la Ría y a la Demarcación de Costas de no haber evitado el colapso del muro. La compuerta de la «cárcova» ya quedó inutilizada en 2008, de manera que quedó abierta de forma continuada. Esta avería creó unas condiciones de gran interés ornitológico en El Cierrón, pero la erosión provocada por la acción del agua fue debilitando el muro hasta que, en la madrugada del pasado domingo, se derrumbó. Villaverde cree que ahora El Cierrón tendrá unas condiciones similares al resto de la ría, perdiendo las características que lo hacían peculiar. También le preocupa el efecto de las máximas pleamares porque este es un espacio muy próximo al núcleo urbano. Actualmente, en las pleamares grandes el agua llega algunas sendas de la zona e incluso hasta el sendero sobre el túnel de la ría, aunque sin afectar a esta infraestructura.