Villaviciosa, M. MENÉNDEZ

El reconocido artista Humberto Alonso lanza una intensa mirada sobre Villaviciosa como mejor sabe hacer: a través de sus acuarelas y dibujos. El pintor ha cosechado a lo largo de su trayectoria, incluso, la admiración de la reina doña Sofía y Rafael Alberti.

Tampoco en esta ocasión ha defraudado con su arte en «Villaviciosa, una mirada», libro que acaba de editar la asociación «Cubera». Alonso ha realizado este camino a través de las pinturas y grabados que ilustran muchos de los interesantes rincones del concejo maliayés de la mano de los textos de Salvador Barro, Venancio Iglesias, Juan Pedrayes, Evaristo Arce, Lluis Portal , José Manuel Valdés, Ángel Valle y Etelvino González (también coordinador de la obra).

«Cubera» presentó ayer en sociedad este libro, del que ha editado 800 ejemplares, en un acto que tuvo lugar en el teatro Riera y en el que hizo de maestro de ceremonias Alonso Puerta, ex vicepresidente del Parlamento europeo, ex diputado de las Cortes constituyentes y miembro de la asociación. Aunque Puerta nació en Gijón, lleva más de cuarenta años residiendo en Madrid.

Ayer no faltó a esta cita con amigos y viajó expresamente desde la capital porque su vinculación con Villaviciosa se ha afianzado desde que compró una casa en Careñes, en la Mariña maliayesa. Definió a Humberto Alonso como un «gran cazador de imágenes a través de las que ha robado el alma», pues considera que es una obra en la que «las imágenes tienen alma y está lleno de humanidad». La comparó con una «gran catedral gótica» porque a lo largo de las 95 páginas del libro también «la parte arquitectónica y la luz están muy equilibradas y en tensión».

Puerta sostiene que es «una obra con futuro por el valor en sí misma y por la importancia que tiene para el concejo». La pretensión ha sido «entender Villaviciosa más allá de la ría, trascendiendo sus parajes y gentes, y descubrirla llegando a una teoría estética». Humberto Alonso, que recoge en estas páginas desde hórreos, facinas, madreñeros y hasta una mujer cebando a las gallinas, lo define como «un libro raro y guapo».