La Morgal (Llanera), F. T.

El perro también es el mejor amigo de los cuerpos de salvamento. Su olfato y su oído suponen un arma esencial para localizar a las víctimas y su agilidad les permite llegar allá donde el hombre no puede acceder. Pero el enfoque de estas cualidades hacia las tareas de salvamento y, sobre todo, el encaje de los animales dentro de las unidades de rescate conllevan años de entrenamiento y preparación, que tienen una reválida definitiva en las pruebas de homologación como las que se celebran estos días en las instalaciones del 112-Asturias de La Morgal.

Estas pruebas de homologación están organizadas por la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias y, en caso de aprobar, permitirá a los equipos una certificación habilitada para trabajar durante dos años en operaciones de búsqueda y salvamento. A las pruebas se han presentado diez equipos: cinco de la propia Unidad Canina asturiana, dos de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja, otros dos del Grupo de Cans de Rescate de la Agrupación Municipal de Voluntarios de Protección Civil de La Estrada (Pontevedra) y uno de Ayuda en Emergencias Anaga de Tenerife.

«Lo más importante es que los perros tengan una buena comunicación con el guía», explica Eugenio García, director de la prueba. De hecho, García considera prioritario el trabajo que se realiza con los animales sobre las capacidades innatas de los perros de acuerdo a su raza: «Por lo general, los pastores suelen trabajar bien, pero cualquier perro de cualquier raza puede llegar a ser un buen perro de salvamento y, también, los mestizos».

De hecho, en las pruebas que se están realizando toman parte perros de cinco razas distintas, además de un mestizo: pastor belga malinois, pastor vasco, border collie, labrador retriever y schnauzer gigante, todos ellos con edades comprendidas entre los 2 y los 10 años.

«Los de mayor tamaño trabajan muy bien en grandes áreas, que comprenden los montes, pero los pequeños son más fáciles de portar y se cuelan por sitios donde los otros no entran, como los escombros. De hecho, se tiende a buscar perros de tamaño medio», explica Manuel González, vicepresidente de la Asociación Nacional de Grupos del Perro de Salvamento.

Las operaciones en las que toman parte los perros se dividen en tres especialidades: grandes áreas, que comprenden los montes, escombros, entre las que se incluyen las operaciones en áreas afectadas por catástrofes naturales, y avalanchas de nieve. Estas pruebas de homologación se centran en las dos primeras categorías.

En la jornada de ayer los distintos equipos tuvieron que superar las pruebas de obediencia y desenvolvimiento. Ahora, aquellos equipos que las han superado se enfrentarán hoy a una prueba de grandes áreas en la sierra del Naranco y mañana a una de escombros en las instalaciones de Hunosa en Olloniego.