Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Iba para museo regional de la pesca y la conserva, pero la crisis y la falta de financiación y de ayudas han transformado el futuro de la vieja fábrica de conservas Ortiz de Candás. Hace sólo unos meses que concluyeron las obras en su primera fase, para remodelar el edificio (presupuestadas en 2009). Lo que no parece posible, al menos de momento, es llenarlo de contenido.

«Hemos pedido al Ministerio de Cultura que nos deje disponer de los 350.000 euros que sobraron de la adjudicación de la primera fase, pero no hemos recibido respuesta y francamente parece difícil que la vayamos a tener», lamentó ayer el alcalde de Carreño, el socialista Ángel Riego. La realidad, por el momento, es que hay que renunciar al ansiado museo conservero por falta de financiación. El Ayuntamiento carece de capacidad para afrontar inversiones de este tipo y tampoco la Administración regional va a salir al rescate.

Eso sí, en Carreño no se ha perdido tiempo en modificar el plan para el edificio y sacarle partido. «Acabamos de celebrar una presentación de la asociación de la pita pinta asturiana, y este puente festivo se celebrará allí la feria de la artesanía de Candás», señaló Riego. La remodelada fábrica de Ortiz, con vocación de museo, lo que sí presenta es una gran sala con varias alturas y más de 400 metros cuadrados de superficie libre.

Era el lugar destinado a ser zona de exposición del inmenso fondo documental y material con que cuenta el Ayuntamiento, relacionado con la actividad conservera de la que fue protagonista en la región durante todo el siglo XX. Y un lugar idóneo para la celebración de ferias y exposiciones de otro tipo. El sitio «ideal», según los responsables municipales, para celebrar certámenes que antes necesitaban de la contratación de carpas, a razón de 6.000 euros cada una, para instalar en la explanada del muelle.

El Ayuntamiento puede ahora no sólo sacar partido económico del ahorro de las carpas, sino también desestacionalizar determinadas actividades que antes se concentraban en los meses de verano. Es uno de los principales objetivos del municipio para contribuir a la mejora de la capacidad de negocio de los locales de hostelería y restauración de Candás.

«Si queremos favorecer la actividad comercial, tenemos que desestacionalizar el turismo, sacarlo del verano», explica el concejal de Turismo, José Manuel Muñiz. En ese sentido, la fábrica de Ortiz se presenta como una oportunidad única. «La feria de la artesanía se celebra por primera vez en su historia fuera de las fechas estivales, y no será el único evento de este tipo que correrá esa suerte», añade el edil. Eso sí, aún hacen falta algunos retoques para que el espacio libre de Ortiz esté en perfectas condiciones. «Lo más inmediato es mejorar la luz en el lugar e instalar baños públicos», señala el Alcalde. En esa línea, asegura, deberán ir los próximos fondos para la vieja fábrica.

La lluvia no será entonces un factor que tener en cuenta para calibrar el éxito de estas celebraciones en Candás. De hecho, el pasado 12 de octubre la banda de música municipal, durante el tradicional concierto del Pilar, ya sondeó la posibilidad de realizar el concierto en el recinto cerrado.

Las posibilidades de futuro de Ortiz se multiplican con el paso de los días, al tiempo que se difumina la imagen de aquel museo.