Candás, Mónica G. SALAS

La caldereta de pescado y de marisco es estos días el protagonista indiscutible de la cocina candasina. No sólo por tratarse de uno de los platos más típicos de la villa marinera, sino también porque doce restaurantes participan en la octava edición de las Jornadas de esta especialidad. Pescado de roca y buen marisco son, según los hosteleros de Candás, los secretos para hacer una buena caldereta. «Es muy importante que sea pescado de roca, porque al ser más duro no se deshace al cocer, como podría pasar con la merluza», asegura Luis Bolado, responsable de El Llagarón. Y «como mínimo, deben emplearse tres clases diferentes», añade Isidoro Fernández, de La Fonte.

Pero antes de colocar el pescado y el marisco en una cazuela «preparamos una salsa de verduras con cebolla, zanahoria, pimiento y bastante tomate, que a continuación se triturará», explica Bolado. El siguiente paso es colocar una capa de pescado seguida de otra de marisco en una cazuela. Y así «hasta completar el recinto», afirma Fernández, quien utiliza tiñoso, chopa y salmonete como pescados. Por su parte, El Llagarón incorpora una clase más: el golondro. Con respecto al marisco, «el que más se utiliza es el bogavante», dice Fernández.

Una vez que están listas las capas de pescado y marisco «se le añade coñac, sidra y vino blanco», indica Bolado. A continuación, se deja cocer la mezcla durante una hora a fuego lento. A partir de ahí, ya se podrá disfrutar de una buena caldereta candasina. Eso sí, «hay que tener cuidado a la hora de servirla, ya que se debe coger por capas para no romper el pescado», matiza Luis Bolado.

El marisco es el ingrediente que diferencia este plato de su principal competidor: la calderada de Luanco. «No tiene nada que ver, ya que en Luanco utilizan pescado con patatas y no marisco», precisa Isidoro Fernández que, no obstante, concede que «están igual de buenos los dos».

Las jornadas de la caldereta comenzaron esta semana, con motivo del puente festivo. Desde entonces, mucha gente ya ha podido disfrutar de un menú que «se sale», tal y como lo califica el ovetense Miguel García, quien asegura que «habiendo o no jornadas íbamos a pedir igualmente una caldereta, porque nos encanta». Por su parte, César Alonso, de Gijón, afirma que nunca había probado la caldereta, pero reconoce que «está buenísima».

Con respecto al precio del menú, de cuarenta euros, los hosteleros creen que es un precio razonable, ya que «se ofrece calidad y cantidad», opina Fernández. Los comensales lo corroboran: «Hemos comido muchísimo y todo estaba muy bueno», dice Adriá Jurado, de Barcelona. «Un plato como este allí te cuesta sesenta euros», añade su compañero, Guillem Flor. Las jornadas se prolongarán hasta mediados de diciembre.

«Poca gente y malas ventas». Ese es el resumen de la Feria de Artesanía -en la imagen- que estos días se celebra en Candás, según declaran los propios artesanos. «Hay muy poca publicidad; nadie sabe que estamos aquí», expresan. El certamen, ubicado en la vieja fábrica de conservas Ortiz, concluye hoy a las dos de la tarde, informa Mónica G. SALAS.