Candás, Mónica G. SALAS

Llega diciembre y los escaparates de los establecimientos candasinos se transforman. Las luces y los motivos navideños toman protagonismo junto a los artículos textiles, gastronómicos o de perfumería. Lo mismo sucede en las heladerías. Pero con un pequeño matiz: los artículos también cambian. Así, los helados de mil sabores dejan paso a unos dulces navideños más propios de estas fechas. La empresa candasina Hermanos Helio es una de ellas y este año cumple veinte años ofreciendo a sus clientes tabletas de turrón y todo tipo de postres artesanales.

Innovadoras fórmulas como el turrón alegría y el de nieve o clásicos como el de Jijona y el de chocolate. Lo mismo da; el éxito parece estar asegurado. «Vendemos cada año alrededor de 5.000 kilogramos de turrón», dice orgulloso Rubén Fernández, uno de los responsables de la empresa. No obstante, el turrón no es elaborado en la villa marinera. Tiene que atravesar media España para que los candasinos puedan disfrutar de su sabor, ya que es producido en Jijona.

Lo que si hacen en Candás es el popular tronco navideño. Se trata de un dulce hecho a base de helado de chocolate, almendra molida y trozos de turrón machacado. «Lo hacemos por encargo y siempre se agota», señala Rubén Fernández, que añade: «Vendemos unos 100, pero no podemos hacer más porque se nos acaba la almendra de la que disponemos».

El secreto del tronco navideño está en hacer un buen helado de chocolate. El primer paso es poner a pasteurizar la leche y rascar una tableta de chocolate a la taza. A continuación, se añaden el resto de ingredientes: mantequilla, huevos y azúcar. «Tenemos que dejar reposar la mezcla durante doce o veinticuatro horas para que madure», indica Fernández.

Hasta aquí nada que no se pueda hacer en casa. Lo difícil llega después, ya que «hay que meter el producto en una máquina de helados o mantecadora, la cual lo enfría y lo monta», apunta uno de los artífices de este postre. Tras ello, sólo queda incorporarle la almendra y adornarlo con nata montada y unas peladillas de chocolate. Entre una cosa y otra, «lleva hacerlo tres días, porque cuando ya lo tenemos listo hay que dejarlo enfriar un tiempo», señala Fernández.

Aparte de turrón y del tronco navideño, la empresa candasina, con más de medio siglo de tradición heladera, también hace todo tipo de tartas artesanas. «Hay mucha gente que prefiere llevarse una tarta al turrón; dicen que son más digestivas», asegura uno de los responsables de Helados Helio.

El 31 de diciembre es el último día de trabajo para los heladeros candasinos. Pasada la temporada de verano y Navidad, Helados Helio cierra hasta San José. O al menos la venta al público, ya que «continuamos haciendo postres para la hostelería», expresa Fernández. También es el momento de preparar la nueva campaña y de hacer pruebas con productos nuevos. «Hay veces que funcionan, como cuando creamos el helado de arroz con leche, pero hay otras que no, como por ejemplo el sorbete de sidra y de cubalibre», concluye Rubén Fernández.