El violín tiene alma. Y no sólo porque en el interior de su caja se encuentra una pequeña barra cilíndrica de madera llamada alma, sino también porque posee otro tipo no visible, percibido sólo por quien la toca. Esa alma es la que precisamente conquistó a Jacket Niwelt desde que era un niño. «Los sonidos que se pueden construir con un instrumento de cuerda no se pueden crear con ningún otro», expresa Niwelt, uno de los siete empleados municipales que recibió el pasado martes la insignia de oro del Ayuntamiento de Carreño, que distingue su labor de muchos años como profesor de violín en la Escuela Municipal de Música «Miguel Barrosa».

«Me da mucha alegría que reconozcan mi trabajo en la que considero que es la mejor escuela de Asturias», manifiesta el músico, de 71 años. Jubilado desde el pasado mes de noviembre, Jacket Niwelt ha tenido una vida llena de notas musicales que han recorrido Polonia y España.

Su andadura en el mundo de la música comienza en su país natal, Polonia. Perteneciente a una familia de músicos, Jacket Niwelt realizó sus estudios en la Escuela Superior de Cracovia. Tras ello, trabajó durante 18 años como concertino en tres orquestas polacas hasta que un día su vida cambió por completo: «La Orquesta Sinfónica de Asturias necesitaba un concertino y me lo ofrecieron a mí», explica. Y así es como Niwelt llegó a Asturias. «No tenía necesidad de irme a ningún sitio porque en Polonia tenía mucho trabajo, pero acepté la oferta con el objetivo de conocer sitios nuevos», asegura. No obstante, lo que pensó que duraría un año se ha convertido en toda una vida. De hecho, hasta ha cambiado de nacionalidad. Pero si le preguntan si se considera español o polaco, él responde: «Soy español, pero también polaco, ya que es donde nací». Además, según Niwelt, Polonia guarda una gran similitud con España en ciertos aspectos, como puede ser el comportamiento humano: «Aquí somos un poco llorones, al igual que en Polonia», señala el violinista.

Durante sus más de treinta años en Asturias, Jacket Niwelt trabajó como concertino en la Orquesta Sinfónica de Asturias. El salto a la docencia lo dio en 1988, cuando comenzó a impartir clases de violín en el Conservatorio de Música Profesional «Julián Orbón», de Avilés, y, paralelamente, en la Escuela Municipal de Música «Miguel Barrosa», de Candás. De esta última se queda con sus alumnos. «He tenido muy buenos estudiantes, que hoy en día ya viven a nivel profesional de la música y eso para mí es todo un orgullo», afirma Niwelt. Precisamente, junto a sus alumnos interpretó el pasado jueves, día 20, la serenata de Haydn y el villancico «Noche de Paz» en el concierto de Navidad que ofreció la Escuela Municipal de Música en el Teatro Prendes. Previamente, Niwelt tocó dos piezas como solista, con las que consiguió la ovación del público candasín. «Yo creo que este concierto ha dejado una huella en la escuela y en mí también», asegura. Pero, lejos de ponerse nostálgico, el profesor Jacket Niwelt destaca que ésto no es una despedida, sino un hasta pronto, ya que su casa quedará siempre abierta a sus alumnos.