Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Candás no olvida su herencia marinera, o al menos eso es lo que los pescadores de la villa y un nutrido grupo de vecinos pretenden con la celebración, año tras año, desde hace décadas, de la misa en honor de los náufragos del lugar. El caso es que no es una de las celebraciones más numerosas del calendario candasín, a pesar de ser una de las más emotivas y tradicionales, pero cada año congrega a más vecinos. En esta ocasión, y debido al incremento de popularidad del acto, se hizo un reparto de esquelas.

Las versiones de por qué la misa se celebra el 14 de enero varían. «Podría deberse a que en el mes de enero se produjeron dos grandes naufragios, con más de 90 y de 30 muertos, en el siglo XIX», apunta el historiador local David Pérez Sierra. Por otro lado, como señala Joaquín Rodríguez, «en esa fecha se celebró la primera reunión de la Sociedad de Mareantes de Candás», por lo que coincidiría con la celebración en homenaje a los náufragos.

De cualquier manera, «Candás siempre vivió de la mar, y la misa sigue vigente por el apego que el pueblo tiene a su herencia», recalca el patrón mayor, consciente de que «el recuerdo de los náufragos atañe a todo el pueblo», y no sólo a los marineros, precisamente porque todos en él tienen algo de marineros.