Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La ordenanza municipal reguladora de horarios a bares y pubs en Candás va a ser modificada para evitar que se repitan incidentes como los del pasado Carnaval, cuando los empresarios tuvieron que cerrar como un lunes cualquiera, lo que motivó un cierre patronal seguido por una minoría. Eso sí, el gobierno pretende que sean los propios empresarios quienes lleven la voz cantante de esta nueva modificación, junto con los vecinos de las calles afectadas por la «movida» nocturna: Valdés Pumarino, Santolaya, Braulio Busto y Baragaña.

«Son los hosteleros y los vecinos los que deben marcar las pautas de lo que será la nueva normativa», reconoció ayer el concejal de Festejos municipal, José Manuel Muñiz. Para ello ya se ha fijado una fecha en la que vecinos y empresarios se verán las caras: el jueves 14, a las 18 horas en la Casa de Cultura de Candás. Allí, «se escenificarán dos posturas encontradas, las de los empresarios y las de los vecinos, cada uno defendiendo sus intereses», según Muñiz. Y con el gobierno presente, que tratará de que «ambas sensibilidades lleguen a punto intermedio».

Actualmente, los bares sólo cuentan con flexibilidad de horario en seis fiestas o eventos al año: las fiestas de San Félix, las del Santísimo Cristo, San Antonio, San Roque, la Noche Celta y el Festival Internacional de Bandas de Gaitas. Quedan excluidas celebraciones como el lunes de Carnaval, o eventos como el Festival del Marisco o el Bonito.

Así las cosas, y sólo unos meses después de que se aprobase dicha normativa de ruidos, se va a iniciar su reforma, que previsiblemente incorporará más festividades con liberalización de horarios para los bares. El gobierno, de hecho, ya planteó hasta una veintena de fechas en el primer borrador de la normativa, entre las que se encontraban el Carnaval o la Semana Santa. Todas ellas quedaron fueran una vez conocida la opinión de los vecinos, sostenida también por algunos grupos políticos.

Los empresarios recibieron notificación por parte del Ayuntamiento de la modificación de los horarios, pero no presentaron alegaciones, por lo que se dio por aprobada la ordenanza. Ahora, una vez vistos los efectos de su aplicación, se procederá a nuevos cambios, esta vez con los empresarios participando de la toma de decisiones. «Lo normal es que los bares pidan más días al año para ampliar su horario, y los vecinos defiendan que se mantengan las seis fechas que existen ahora», reconoció Muñiz, que espera que pueda alcanzarse un «punto de acuerdo» que ponga fin a una polémica que va más allá del pasado Carnaval.

De hecho, la propia revisión de la ordenanza aprobada el pasado año llevaba varios años fraguándose entre quejas de los vecinos por la situación que se vivía, especialmente, en la calle Valdés Pumarino, con los horarios y la limpieza de la calle. El objetivo del gobierno es, además, conseguir llegar a un consenso en los próximos meses, de forma que sea posible llevar a cabo la modificación de la ordenanza antes de que comience el verano, en el caso de que los empresarios quieran que los festivales del Bonito, en julio, o la Cerveza, en septiembre, se incluyan en la ordenanza.