Pequeños personajes, de todas las formas y colores, tomaron el viernes la plaza de La Baragaña. Hombres con bigote y sombrero, mujeres con vestidos glamurosos, sardineras o sevillanas fueron el resultado del taller «La Mirada que transforma», que organizaron los escolares de Carreño, fruto de la actividad que desarrolló el Museo Antón de Candás con los pequeños artistas a lo largo de todo el año. El taller, que contó también con la participación de la Escuela de Música «Miguel Barrosa», tuvo como objetivo devolver a la plaza del pueblo el encanto que ha perdido tras su remodelación, a juicio de los niños. Así, cada alumno -algunos de ellos sobre estas líneas- aportó su propio muñeco, hecho a partir de una botella, informa M. G. SALAS.