El pasado candasín se sigue conservando en lata gracias a la Feria de la Conserva, que este fin de semana celebró su vigésima cuarta edición en el puerto de la villa. Hasta allí se acercaron estos días cientos de personas, muchas de ellas con el objetivo claro de comprar bonito o paté para todo el año, mientras que otros aprovecharon el paseo por la capital de Carreño para llevarse a casa alguna que otra lata. Aún así, no todos los empresarios estaban ayer del todo satisfechos con las ventas. «Hubo menos gente que el año pasado y, por tanto, las ventas estuvieron también más flojas», indicó Manuel Mediavilla, quien achacó la bajada a la crisis. Sin embargo, otros comerciantes opinaron que el problema no estaba tanto en el monedero como en la fecha elegida para la organización del evento, ya que coincide con el inicio de la costera del bonito y ello limita las ventas del producto estrella en los expositores.

No obstante, la Feria de la Conserva sigue teniendo tirón en Candás. «Nosotros somos de Gijón, pero solemos venir todos los años, porque está muy bien; hay mucho producto y hay ambiente», destacaron Jorge Lanza y Carmen Sarasúa, que se llevaron en bolsas un pequeño trozo del Candás conservero.