Hasta ayer, a quien pasaba cerca de La Caleyina de les Indies le resultaba complicado identificar que ese muro semiderruido es parte de la antigua muralla de Villaviciosa. Para que no haya confusión, el Ayuntamiento ha colocado una placa que reza así: «Fragmento de la muralla otorgada por Alfonso X El Sabio, fundador de la Puebla de Maliayo. Año 1270». Se estima que ambos hechos, la construcción de la fortificación y la Carta Puebla, fueron coetáneos.

Son los vestigios que mejor se conservan de aquella fortaleza, aunque aún se pueden ver paños de ella entre algunos edificios que se construyeron encima. Etelvino González, presidente de la asociación Cubera y estudioso de la historia local, apunta que en 1981, con motivo de unas obras de desmonte, cuando se disponían a tirar la casa y ferretería de Anastasio Iglesias, se encontraron los restos de la muralla. Hubo quien pedía «tirar esos morrillos» y su defensa por mantenerlos en pie provocó que se fuera gestando la idea de fundar la asociación que hoy es Cubera. González destacó que estos vestigios históricos «merecen ser conservados y valorados».

Etelvino González leyó en el acto un soneto escrito por Ramón Rivero en 1928 en el que hablaba de una muralla que tenía cuatro puertas: una, junto a la Casa de los Hevia; otra, junto a la iglesia de la Oliva; la tercera, a la altura de la calle Balbín Busto y, la cuarta, donde ayer se descubrió la placa, conocida como Fuera l'cañu. Precisamente aquella fuente hacía arrollar el agua hacia Villaviciosa, formada solo por las edificaciones que estaban dentro de la fortaleza, y de ahí el nombre de la calle del Agua.

«Nuestra obligación es tener sensibilidad, cuidar el patrimonio y ponerlo en valor», apuntó el alcalde, José Felgueres, que adelantó que tienen pervisto realizar más actuaciones en el entorno. El edil de Cultura, Juan Ramón González, rdestacó que cuando Carlos I desembarcó en Villaviciosa una de las puertas de acceso al pueblo estaba donde descubrieron la placa que alude a la muralla medieval. El concejal de Ideas, Fernado Pando, participó en el proyecto para adecuar el entorno de la antigua fortaleza.