Un auditorio lleno, sin sillas libres y con multitud de personas invadiendo incluso el pasillo que da entrada a a la sala polivalente, saludó ayer en Pravia la presentación de «Me levanté herido», la última novela de Pepe Monteserín, escritor y cronista oficial del concejo. Una obra en la que se entremezcla la imaginación con la historia real y personal de la familia del autor.

La obra narra la historia de un joven que se alista en las filas falangistas en 1936, basándose en la documentación que registró grabando a su propio padre, Luis Monteserín. Y también de kilos de papel, de aquí y de allá, documentos, fotografías, mapas y viajes por todos los puntos geográficos donde se desarrolla la historia. «Me levanté herido» se mete de lleno en el frente, pero también habla de Pravia, nombrada como Arango; de múltiples vivencias y anécdotas de algunos vecinos que Monteserín ha ido rescatando de sus memorias. Para sumar más elementos, el autor redondea el texto con el hilo conductor del amor, el enamoramiento de sus propios padres, aunque con detalles imaginarios que aportan a la lectura el carácter de novela.

A la presentación acudió la edil de Cultura, Valle Iturrate; la editora de Monteserín, Marta Magadán (Septem Ediciones); su esposa, Raquel Díaz, y el escritor, Luis Arias Argüelles-Meres. Éste último destacó «la ambición narrativa» de Monteserín «de contar cosas sin parar». Y alabó como «hace mucho en favor de que Pravia esté en el mapa de la mejor literatura».

Por su parte, su mujer, Raquel Díaz, desentrañó un libro lleno de «sueños, una historia de amor, no de guerra» en la que el habitual humor de Monteserín está presente en los pequeños detalles. Además de comentar a los presentes el arduo esfuerzo de vivir al lado de un escritor, sobre todo, mientras da a luz a un nuevo libro.

Según Monteserín, «Me levanté herido» es el reflejo de un joven soldado que se arrastra por el suelo mientras le disparan y que al levantarse dice «yo no juego más a esto». Un libro lleno de matices y lugares comunes a los pravianos y que sobre todo pretende ser un alegato de libertad, de hombres, sueños y esperanzas de paz.