La Consejería de Hacienda y Sector Público del Principado de Asturias precintó ayer las viviendas en ruinas de la ciudad de vacaciones de Perlora ante el riesgo de derrumbe. Esta medida llega cinco días después de que la techumbre exterior del chiringuito de la playa de Carranques se viniese abajo sin causar heridos y un día después de que este periódico publicase que muchos de los usuarios del complejo residencial optan por pasar la jornada al abrigo de los chalés abandonados, aunque ello suponga un riesgo, dada las malas condiciones en las que se encuentran muchos de ellos.

Así, ayer por la mañana, aparte de iniciarse los trabajos de limpieza de escombros y de derribo de la estructura exterior del local afectado, ubicado en la zona verde del arenal de Carranques, los técnicos de la Consejería hicieron un recorrido por la ciudad de vacaciones de Perlora comprobando el estado de las casas abandonadas y reforzando el encintado de algunas de ellas.

Aunque el gobierno del Principado no supo determinar ayer el número de viviendas que están en peligro, los usuarios de Perlora aseguran que son unas cuentas e, incluso, dan números. «Al menos, hay quince, que las he contado yo», dice un bañista de Oviedo, que prefiere no dar su nombre y al que ayer obligaron a abandonar uno de estos chalés. «Me dijeron que tenía que salir de ahí porque se podía caer», explica.

Las viviendas en peor estado se concentran, según los bañistas, en las proximidades de la playa de Carranques. «Por allí hay muchas, más de diez, que pueden venirse abajo en cualquier momento», afirma el ovetense Rodolfo Molina, que a pesar de lo acontecido ayer comía con su familia en el porche de uno de las parcelas del complejo vacacional. «Parte del tejado se está cayendo, por eso nos hemos colocado en esta esquina», apunta para seguir diciendo: «Es que estaba lloviendo y no teníamos dónde ponernos». También la gijonesa Rosa María Quirós se resguardó del chaparrón de la mañana en otra de estas casas, a pesar de que reconoce que muchas de ellas «están muy mal» y son un peligro para los turistas.

Mientras tanto, en Carranques comenzó ayer a derribarse la techumbre exterior del chiringuito, que reanudará su actividad previsiblemente este sábado, tal y como precisó su propietario, Marcos Cerro. «Hoy (por ayer) estuvo una pala trabajando para tirar la estructura y mañana (es decir, hoy) limpiarán la zona para que el sábado pueda ya poner en marcha el bar», dice este vecino de Oviedo, que opina que dentro de lo malo está contento, ya que «pensé que se iba a tardar más en solucionar el problema; pero no, fue bastante rápido todo», agrega.

Las causas del derrumbamiento del exterior del local, que tuvo lugar el sábado sobre las nueve y media de la mañana, aún se desconocen. No obstante, Cerro adelanta que podría deberse al hierro del que estaba compuesto. «El chiringuito está muy cerca del mar y el salitre acaba machacando este material», indica. De momento, las calles de la ciudad de Perlora continuarán cerradas, al menos, hasta mañana y los usuarios deberán estacionar sus vehículos en la entrada.