Las virtudes que le confiere a Siero la profusión de autovías y carreteras que atraviesan su territorio tienen una contrapartida: la necesidad de gestionar un intercambio de vehículos entre vías de distintas titularidades. Los expertos coinciden en que no se está haciendo adecuadamente. El agente de Policía Local de Noreña y presidente de la Asociación Española de Accidentología Vial Raimundo García Cuesta afirma que «La gran asignatura pendiente es la gestión del tráfico y la movilidad».

El caso de Siero es singular en cuanto a tráfico, según García Cuesta, porque «tiene un peso industrial muy fuerte y una situación muy buena, lo que genera no solo tráfico de origen y de destino sino también de paso; el tráfico bajó algo con la crisis pero sigue siendo intenso, sostenido y muchos vehículos se pierden y llegan a destiempo».

Una de las claves para entender esta situación está en que hoy, al contrario que hace unas décadas, «el itinerario lógico que deben recorrer los vehículos para desplazarse de un lugar a otro no coincide con una sola vía, sino que ha de atravesar carreteras nacionales, regionales y locales», y además «fuera ya de las vías de alta capacidad, hay carreteras de ámbito local o autonómico que superan en tráfico a otras concebidas en su día como ejes principales».

El mejor ejemplo es la carretera Nacional 634, que ha perdido su carácter de eje. «Antes funcionaba como un río alrededor del cual se articulaba toda la actividad económica, pero fue perdiendo importancia», señala.

Otro problema que hay que añadir, a su juicio, es el crecimiento desmedido de algunas vías y el hecho de que se creen o amplíen carreteras para dar un servicio que, en cierto modo, ya estaban dando otras. Esta duplicidad, o en algunos casos hasta oferta triple, «va en detrimento del mantenimiento y del nivel de servicio de la carretera». La proliferación de vías provoca defectos de servicio que, si no generan accidentes, impiden al menos su buen funcionamiento.

Para García Cuesta, hace falta un consenso sobre el concepto de movilidad o de tráfico sostenido y sobre las prioridades de mantenimiento. Y lo idóneo sería «un gestor único para que todo tenga continuidad independientemente de la vía por la que discurra». Esta figura única, encargada de administrar los recursos y gestionar el funcionamiento de las vías y su mantenimiento, estaría formada por todas las administraciones. Otra forma de mejorar el tráfico es un transporte público eficaz, que genere confianza. La señalización es, asimismo, muy importante: «La colocación de señales debe atender a criterios de eficacia en el transporte, y no se está haciendo».

Por su parte, el presidente de la Federación Estatal de Técnicos en Educación y Seguridad Vial y agente de la Policía Local de Siero, Julio Magadán, cree que falta coordinación. «Incluso el titular de la vía no es el que se encarga de señalizarla, y eso tiende a complicar la problemática de la seguridad vial», afirma. Y Magadán coincide en la importancia de señalizar adecuadamente: «la información en las vías es muy importante», señala, y también cree que se deberían pavimentar mejor las vías.

En cualquier caso, considera que las carreteras están «dejadas por la administración» en cuanto a señalización y mantenimiento, y a su juicio la crisis económica no es una excusa para ello, porque compromete la seguridad vial, y eso debería ser una prioridad.

Magadán no está de acuerdo, asimismo, con la forma en que se han gestionado los puntos negros y los tramos de concentración de accidentes: en vez de tratar de suprimirlos se ha limitado a su señalización.

Otra cuestión es el paso de otro tipo de vehículos por las carreteras. En el caso del concejo de Siero, el agente está luchando por que se señalice la presencia frecuente de ciclistas en dos carretera: la AS-248, de La Collada, y la AS-246, la Carbonera.