Si el sábado fue en Candás donde se respiró la devoción con la procesión del Santísimo Cristo, ayer le tocó a Guimarán. Cientos de vecinos, procedentes de todas las parroquias del concejo, caminaron hasta la ermita de los Remedios para honrar y llevar ofrendas, un año más, a la patrona de Carreño. Y es que desde que por iniciativa del último cronista oficial, Marino Busto, la Virgen de los Remedios fuera coronada canónicamente mediante una bula del Papa Juan XXIII -hecho sólo compartido en Asturias por la Virgen de Covadonga- los vecinos de Carreño se vuelcan por completo en la celebración de esta tradicional fiesta, cuyo acto principal es la peregrinación y ofrenda del ramo.

Así, ayer después de una larga marcha a pie desde sus respectivas casas, los carreñenses se concentraron entorno a la capilla de Guimarán para seguir con atención esta ofrenda, que hizo, como siempre, el grupo de baile «La Folixa» de Carreño entre cánticos y un fuerte sentimiento. Tras ello se ofició una misa al aire libre y los romeros siguieron de fiesta en la parroquia. «Yo vengo caminando desde Perlora. Nunca me lo pierdo; es un acto muy bonito», opinó Consuelo Martínez, junto a su amiga Victorina Suárez, que, en su caso, partió de Albandi para venerar a la Virgen de los Remedios.

Aunque la celebración religiosa finalizó ayer, las fiestas prosiguen hoy con una marcha cicloturista, con salid prevista a las 17 horas. Ya por la noche, los festejos concluirán con una verbena a cargo de la orquesta asturiana «Assia» y una gran chocolatada.