La Dirección de Carreteras procedió la semana pasada a reparar la señalización tanto horizontal como vertical de la carretera AS-110 entre Candás y Tabaza, que figura como uno de los principales puntos negros de la red viaria del concejo: el pasado mes de enero tres personas perdieron la vida en ella.

Los trabajos, que ya han finalizado, han ampliado la línea continua a todo el tramo de carretera, de ocho kilómetros de longitud, que anteriormente tenía línea discontinua en su mayor parte. Por tanto, donde antes se podía adelantar, ahora esa acción ha quedado prohibida.

Solamente dos zonas permanecen ahora con línea discontinua: el punto kilométrico 2, en las inmediaciones de la rotonda de entrada a Candás, y la recta situada en el otro extremo del tramo, justo antes de entrar en el polígono de Tabaza.

Toda la señalización horizontal se encuentra ahora restaurada y modificada, en un proceso que afecta a más municipios de Asturias, pero que en el caso de la AS-110 ha llevado implícita la modificación y ampliación de la señalización, muy bien recibida por parte del vecindario, que desde hace años protestaba por la inseguridad que les generaba a muchos conductores la línea discontinua en tramos de curva.

«En diversas ocasiones se había denunciado la peligrosidad de algunos tramos de esta vía a su paso la parroquia de Piedeloro, por entender que la señalización horizontal permitía adelantamientos en zonas con mala visibilidad y reducida distancia para realizar la maniobra de adelantamiento», expresó ayer Luis Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos de Candás. Aunque reconoce que también ha concurrido «la circunstancia de que desgraciadamente se hayan producido varios accidentes mortales».

Esta medida sucede a otra aplicada con el mismo propósito de reducir la siniestralidad en las carreteras del concejo: durante algunos de los primeros días del mes de septiembre se ha colocado un radar móvil de la Guardia Civil en la recta de la carretera de Perlora, donde recientemente, con la llegada del turismo veraniego, se habían producido numerosas quejas de los vecinos ante el exceso de velocidad de algunos de los vehículos que la transitan. Si bien en este caso no se han producido accidentes graves recientemente, las quejas vecinales se habían elevado hasta el Parlamento asturiano.

Ambas medidas tratan de paliar el nefasto año de Carreño en las carreteras, con cinco muertos.