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Llanera | PERSONAJES

El arte se refugia en Ferroñes

Benjamín Menéndez ha fusionado su vivienda y su taller, de cuidado diseño, donde prepara ferias como la de Madrid, a la que se irá en breve

Benjamín Menéndez, ayer en su taller de Ferroñes. G. Bengoa

"Nos gusta lo rural y estamos en Ferroñes encantados con los vecinos, con el pueblo y el entono". Lo dice el artista Benjamín Menéndez (Avilés, 1965) que lleva una década viviendo en esta parroquia rural de Llanera donde tiene instalados sus talleres de pintura y escultura. Este último se construyó hace dos años y su autor es el arquitecto Andrés Diego Llaca. "Es una pieza de autor para trabajar la escultura en este mismo espacio", cuenta Menéndez, quien añade que se quiso "cuidar la arquitectura con materiales como la cerámica y el acero", que son los que él mismo utiliza en sus esculturas. El taller lo constituye un amplio espacio de trabajo y otro para el estudio, el pensamiento y la exposición. "Es un espacio que te lleva al trabajo", resume este artista plástico, quien tiene expuestas varias obras de amigos. "Nos intercambiamos trabajos con otros compañeros", cuenta.

El artista llegó a Llanera hace dieciocho años como profesor de un taller de dibujo y pintura que se organiza en la Casa municipal de Cultura. "Tengo alumnos que han continuado en el taller a lo largo de los años y es muy gratificante", confiesa el profesor, quien empezó a impartir clases en escuelas de arte de Avilés, Candás u Oviedo.

En otro espacio creativo, unido a su casa, es donde Benjamín Menéndez trabaja la pintura. "Las técnicas mixtas las he dejado y ahora estoy con acrílicos y con líneas de abstracción geométrica", cuenta Menéndez.

Como en el espacio para la escultura, el artista tiene un lugar para el trabajo y otro para la tertulia, la reflexión y el pensamiento. Lo de Benjamín Menéndez es un proyecto de vida artística que se hace realidad. En su obra hay esculturas, instalaciones, obra pública y piezas urbanas.

Insiste en que el arte debe ser auténtico y sincero con uno mismo. Cuando ves su obra y el lugar donde se desarrolla se comprende que lo consigue. En Llanera se siente más que a gusto. "La infancia marca mucho y también los viajes, pero el mundo rural es muy importante para mi discurso", explica un creador que se considera "un reconstructor tenaz del mosaico de la memoria, a través de los materiales de los que aquélla está hecha".

Lleva más de 25 años exponiendo y en breve estará en las ferias de Madrid junto a otros artistas.

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