La abuela de Villaviciosa, Concha Cayado, cumple mañana 105 espléndidos años. A pesar de ser la maliayesa más longeva, goza de una salud envidiable. Su hija, Georgina Figaredo Cayado, que ya tiene 82 años, explica que su madre es privilegiada por "no tomar medicación para nada, sólo para eliminar líquidos, para el riñón". La anciana confirma que se encuentra bien: "Por ahora, gracias a Dios, no tengo dolores. Vamos tirando, no sé a dónde llegaremos, pero vamos tirando".

Pese a ello, los años no perdonan y la memoria le va fallando a Concha. Sus piernas no le responden como antes, por lo que ya no sale de casa ni baja de la planta alta de su vivienda, donde pasa el día en una salita, mirando el paisaje desde la ventana a la que le han retirado las cortinas para que la vista sea mejor. Le entretiene más este pasatiempo que la televisión o la lectura.

Pero lo que la centenaria no ha perdido pese al paso del tiempo es su carácter y su sentido del humor. Cuando ayer le preguntaban cómo se encontraba respondía: "Así, así, para los años que tengo... ¡digo yo! No son tantos...". Cree que el secreto de su longevidad y su salud de hierro es haber "trabajado duro, como está mandado".

Nacida en el barrio de Seli, en Breceña, Concha dedicó su vida al trabajo del campo, atendiendo la tierra y al ganado. Se casó con un vecino de Rales, Isidoro Figaredo, con quien tuvo dos hijos, uno de los cuales falleció hace unos siete años. Compraron una casa en El Charcón, en la parroquia natal de Concha Cayado, y en esa misma vivienda sigue residiendo con su hija. Tiene cinco nietos, que también se encargan de su cuidado, y varios bisnietos.

La abuela de Villaviciosa no necesita privarse de nada y come lo que le apetece. Se confiesa golosa y poco amiga de la fabada. Su hija añade que suele tener más sed que hambre. Para calmar la primera acostumbra a tomar unos tres quintos de cerveza al día, bebida por la que dejó la sidra que tomaba asiduamente hasta hace unos años. "No es el caso de emborracharme, pero me gusta la cerveza", apunta Concha Cayado.

La celebración de su 105.º cumpleaños mañana es todavía una sorpresa. Georgina Figaredo ha delegado en sus hijos los preparativos de esta fiesta familiar. Con motivo del centenario cumpleaños, la edil de Servicios Sociales, Ana Carmen Fenández, visitó ayer a Concha Cayado para felicitarla y entregarle unas flores y una placa conmemorativa por ser la vecina de más edad de Villaviciosa, municipio en el que abundan los centenarios.