Los vecinos de Breceña, en Villaviciosa, rinden un homenaje póstumo hoy a una de sus paisanas más queridas, María Luisa Ortal Oro, fallecida en enero de 2005. Por este nombre pocos la conocen, pues con 15 años se convirtió en sor Celina de la Santísima Trinidad cuando profesó como monja clarisa de clausura en el monasterio maliayés, del que llegó a ser abadesa.

La asociación "San Pedro" ha organizado un acto, a partir de las 10 de esta mañana, en el que descubrirán una placa en la casa natal de la religiosa, en el barrio de Busllaz. Asistirá la actual abadesa, María Luisa Picado, y alguna de las hermanas.

Sor Celina fue la formadora de Picado cuando ésta entró como novicia en el monasterio. La actual madre abadesa la recuerda como una mujer "muy inteligente y despierta desde cría, muy sensata y con un sentido común fuera de lo normal". La homenajeada se formó en el cenobio maliayés y cuando tenía 28 años fue elegida abadesa, pero las autoridades eclesiásticas no lo permitieron por ser demasiado joven. Tuvo que esperar unos años. María Luisa Picado apunta que era "una persona extraordinaria y muy humana", lo que la hizo muy querida y conocida dentro y fuera de Villaviciosa. La abadesa confía en no emocionarse demasiado hoy, que no le vibre la cuerda de la nostalgia porque para ella sor Celina fue "una madre, una hermana y una amiga".