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Carreño

Diez años de juegos bajo el mar en Candás

La escuela infantil, que pasará a llamarse "La Marinera", celebra su 10.º aniversario reivindicando su papel educativo

A la izquierda, los niños bailando la danza prima con María Esther Vega y las educadoras Eva Cabrera y Laura López. Sobre estas líneas, los pequeños Daniela González y Xune Artime. M. G. SALAS

Mónica G. SALAS

Abrió por primera vez sus puertas en octubre de 2004 con el objetivo de hacer felices a los más pequeños del concejo. Y hoy, diez años después, la escuela infantil de primer ciclo de Candás continúa con la misma filosofía de siempre, arrancando sonrisas a sus 39 alumnos, o mejor dicho, "estrellitas de mar", "pulpos" y "delfines". Bajo esos nombres responden los niños de hasta tres años a las instrucciones de sus profesoras. Pero el olor a salitre que recorre el centro será a partir de ahora más intenso que nunca: la escuela pasará a llamarse "La Marinera", en homenaje a la escultura del artista local Antón. Ese cambio de identidad tendrá lugar el jueves día 12 en el Teatro Prendes con la celebración de una gala, en la que habrá música y baile para conmemorar el décimo aniversario de la institución.

Antes de que la fiesta llegue, la familia de la escuela infantil de Candás ya calienta motores. Y lo hace reivindicando su papel educativo. "Todos los profesionales coinciden en decir que cuando más crece el cerebro de un niño es en sus primeros años de vida. Sin embargo, en España se concibe a este primer ciclo más como una etapa conciliadora que educativa", denuncia la directora del centro, María Jesús Domínguez, que pone como ejemplo los países nórdicos. "Allí, los profesores de estas edades son incluso más valorados que los de Primaria. Creo que tenemos que preocuparnos más por la cualificación del personal que atiende a nuestros bebés", apunta.

Además, Domínguez y el equipo de educadoras de Candás aseguran que los niños que se escolarizan en edades tan tempranas tienen facilidades a la hora de adaptarse al colegio. "El proceso es mucho más corto que en el caso de otros alumnos, ya que tienen una mayor capacidad de atención y de desarrollo del lenguaje", afirman. Esas cualidades se consiguen en el día a día, gracias a la organización de asambleas y de actividades especiales. Las que más gustan a los pequeños de Carreño son el cesto de los tesoros y el juego heurístico. El primero, según explica María Cortina, consiste en que los niños desarrollen sus sentidos a través de materiales no plásticos. De esta forma, pueden percibir la rugosidad del cartón o la aspereza de un corcho. El juego heurístico, por su parte, tampoco trabaja con plásticos y agrupa los objetos por categorías. Así, el niño que saca un artículo de un bote, luego tendrá que colocarlo en el mismo lugar. No obstante, a los peques de también les apasiona la psicomotricidad y el tobogán del patio.

Allí nadie pierde las sonrisa ni por un momento; para todo ellos, la escuela infantil es el paraíso marino de la diversión. Aunque en verdad no todos son juegos. Los niños, que entran a las siete y media de la mañana y salen a las cuatro de la tarde, también escuchan cuentos, comen, duermen la siesta y dedican un tiempo al aseo y el cambio de pañales. Con todo, "el balance de estos diez años es positivo; estamos al máximo de capacidad y sigue habiendo demanda, porque las familias confían en nosotras. Así que a partir de ahora seguiremos trabajando en la misma línea", manifiesta Domínguez, que lleva un año como directora. Anteriormente estuvieron en el cargo María Jesús Gómez y Begoña Rubio, actual responsable del colegio San Félix de Candás.

Las "estrellitas de mar", los "pulpos" y los "delfines" estarán sobre el escenario del Teatro Prendes el jueves, a las 11.30 horas, para celebrar por todo lo alto el décimo aniversario de sus escuelas. Durante la gala tendrá lugar la graduación de los alumnos de 3 años y actuará el coro Gabiana. También todos los peques del centro bailarán la danza prima y cantarán canciones típicas de la villa junto a la candasina María Esther Vega. La fiesta culminará con la escuela infantil de Candás convertida en "La Marinera".

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