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Los productores de marañuela piden un sello de calidad que potencie sus ventas

Los empresarios locales proponen que Candás y Luanco, aunque tienen recetas distintas, se unan para mejorar la promoción de sus dulces típicos

María Jesús Iglesias, Antonia Durán y Tati Gutiérrez con bollos y marañuelas, en Candás. M. G. SALAS

La marañuela, el dulce típico de Candás y Luanco, necesita un sello de calidad que impulse su producción y sus ventas. Así lo creen los elaboradores locales, que desde el inicio de la crisis han visto mermada su comercialización. El distintivo que solicitan les permitiría acceder a la denominación de origen, además de a la indicación geográfica protegida (IGP), lo cual, aseguran, potenciaría su producto fuera del concejo. "Sería bueno que los comerciantes de Carreño y Gozón nos uniésemos. Las recetas son diferentes, pero el nombre es el mismo y pienso que juntos podemos darlo a conocer mejor", dijo Basi Muñiz, de Casa Bombita.

En la mancomunidad del Cabo Peñas ya ha habido varios intentos para que la marañuela obtenga el mismo sello de calidad que tienen otros productos asturianos, como el chosco de Tineo, los queso de Vidiago, de Cabrales y afuega`l pitu, la sidra o la escanda. Ninguna de esas propuestas obtuvieron respuesta del Principado. De hecho, el dulce no está ni siquiera incluido en la marca "Alimentos del Paraíso Natural". Ahora, son los productores quienes piden este distintivo de calidad, en el que se podría incluir no sólo la marañuela candasina, sino también la luanquina y la avilesina. "Todo lo que signifique mover este producto y poder obtener así más ventas, es positivo", explicó Antonia Durán, de Marañuelas San Félix. De la misma opinión es Manuel Ángel Muñiz, de La Tahona.

Las denominaciones de origen son un instrumento para proteger, diferenciar y poner en valor productos que tienen una calidad específica, aportando beneficios económicos, sociales y culturales para la zona geográfica amparada. De esta forma, con el sello de calidad, los productores profesionales también conseguirían diferenciarse de los vecinos que elaboran en sus casas este dulce y lo venden a particulares y a bares de todo el concejo. "Hay gente en la aldea que gana un dineral cuando nosotros aquí estamos pagando por un local y por todo. No es justo", denuncia Basi Muñiz.

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